Investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, de la UNAM, logran esta proeza a partir de nanotubos de mineral de arcilla y procesos magnéticos
Lucero Natarén / Aquínoticias
Investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, de la Universidad Nacional Autónoma de México, encabezados por Yolanda Marina Vargas Rodríguez, han logrado absorber contaminantes del agua a través de nanotubos de un mineral de arcilla llamado haloisita, y de un mineral que genera magnetismo.
Entre los contaminantes eliminados del agua se encuentran bacterias, sustancias radiactivas, virus, parásitos, fertilizantes, pesticidas, fármacos, nitratos, fosfatos, plásticos y desechos fecales.
Este proyecto surgió con la idea de aplicarse en la industria textil, sin embargo, «por sus características, esta tecnología también puede beneficiar a las industrias farmacoquímicas y a los hospitales, explica Vargas Rodríguez.
Por otro lado, con el objetivo de explotar las bondades de la haloisita, recientemente la académica orientó este desarrollo a la recuperación de petróleo del mar: derrames de las plataformas, de los barcos o de algún accidente, entre otros. Tras una larga investigación descubrió que lo más adecuado para ello es emplear materiales magnéticos, con la idea de usar componentes más benignos, como la magnetita que no contamina.
Debido a que también la magnetita absorbe, explica, decidió crear un nanocomposito con el cual formó un ferrofluido, al cual le aplicó un campo magnético, lo cual funcionó correctamente para recuperar los hidrocarburos más viscosos, los cuales son los más difíciles de atrapar; «permite recoger la mancha, el petróleo se extiende mucho, la va recogiendo y la podemos ir desplazando hacia donde lo vamos a recuperar», explicó la académica.
Destacó que cuando este se recobra el petróleo se puede reutilizar, «ya que se emplea poco material magnético y, aunque queden algunos residuos, permanecen en los asfaltenos (compuestos químicos orgánicos del hidrocarburo crudo), lo cual le genera modificaciones. Por tanto, es factible procesarlo o destilarlo».
Esta línea de investigación fue desarrollada para beneficiar al medio ambiente y dar soluciones a algunos problemas que se presentan con los derrames marítimos del carburante, ya que en la actualidad lo común es agregar tensoactivos, que permanecen y repercuten en la cadena alimentaria, pues los peces los ingieren y llegan al humano a través del consumo.