Netanyahu firma el plan que anula la opción de dos Estados

Netanyahu declaró que “no habrá un Estado palestino” al firmar el plan E1 en Cisjordania. La construcción de miles de viviendas divide el enclave, cambia la narrativa de defensa por la de expansión y cierra tras más de siete décadas de conflicto la vía de paz

AquíNoticias Staff

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, oficializó el plan de asentamientos conocido como E1 en Cisjordania, que prevé la construcción de más de tres mil viviendas y conecta Jerusalén Este con el asentamiento de Maale Adumim.

“Dijimos que no habría un Estado palestino y, de hecho, no habrá un Estado palestino. Este lugar nos pertenece”, declaró Netanyahu durante un acto en Maale Adumim, donde estampó su firma junto con el ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich. El proyecto abarca 12 kilómetros cuadrados y busca duplicar la población de Maale Adumim con hasta 35 mil nuevos residentes.

Con la aprobación final del Ministerio de Defensa en agosto, la firma de Netanyahu convierte en realidad un proyecto urbanístico largamente aplazado y uno de los más polémicos en la historia reciente del conflicto. Su ejecución fragmenta físicamente Cisjordania, separa al enclave palestino de Jerusalén Este y cancela la viabilidad territorial de un futuro Estado palestino.

La decisión se tomó apenas dos días después de un ataque israelí contra dirigentes de Hamás en Qatar, que ya había provocado condenas internacionales. La reactivación del plan E1 amenaza con profundizar el aislamiento diplomático de Israel, justo cuando varios países occidentales anticipan el reconocimiento de Palestina en la Asamblea General de la ONU.

Pero más allá del impacto territorial, la medida representa un quiebre narrativo. Durante décadas, Israel defendió sus acciones bajo la lógica de “responder al terrorismo” y garantizar su seguridad. Con E1, la imagen cambia: ya no se trata de autodefensa, sino de expansión territorial deliberada, que duplica asentamientos y redibuja el mapa en detrimento de Palestina.

El proyecto E1 se convierte así en un símbolo político: Israel rompe con la posibilidad de la paz negociada y desafía la fórmula de dos Estados que la comunidad internacional ha defendido por más de 75 años.

Con información de La Jornada

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