Con nuevas centrales, reserva técnica ampliada y más de 70 proyectos de transmisión, la CFE intenta disipar temores de desabasto y mostrar músculo energético
AquíNoticias Staff
Durante años, los apagones eran casi tan comunes como las olas de calor. Basta recordar el colapso energético del norte del país en 2021 o los apagones rotativos de 2023, cuando la demanda superó al sistema y se puso en jaque a la CFE.
Hoy, la historia es otra… al menos en el discurso oficial.
Desde “Las Mañaneras del Pueblo”, la presidenta Claudia Sheinbaum aseguró que “ni falta ni faltará energía eléctrica”. No fue solo una frase: vino respaldada con cifras, infraestructura y una planeación que —según el gobierno— comienza a rendir frutos.
El margen de reserva, ese colchón energético que permite cubrir picos de demanda, creció de 6 % en 2024 a 10 % en 2025. Y no solo eso: ya operan nuevas plantas de ciclo combinado en Salamanca y San Luis Potosí, y vienen más en camino: Querétaro, Colima, Mérida, Durango, Sonora, Veracruz y la Riviera Maya. Todas programadas desde el sexenio de López Obrador.
¿Pero esto basta? Según la secretaria de Energía, Luz Elena González, sí. Con una estrategia de cuatro puntos —desde acciones inmediatas hasta refuerzo de líneas de transmisión— aseguran que el Sistema Eléctrico Nacional hoy tiene margen del 12 % y una reserva fría del 6 % adicional.
Emilia Calleja, titular de la CFE, añadió que 99.5 % de la red de transmisión está operando con normalidad, con 64 proyectos en marcha y 73 más por arrancar, beneficiando a más de 38 millones de personas.
En contraste con el pasado reciente —donde había que rezar para que el clima no colapsara el sistema—, el gobierno actual busca posicionar una narrativa más técnica, menos alarmista y, sobre todo, más confiada.
Claro, el reto será que eso se mantenga cuando llegue el próximo pico de calor, el siguiente huracán o la siguiente demanda industrial inesperada.
Pero, al menos por hoy, el mensaje es claro:
Hay luz. Y hay rumbo.
