La primaria Benito Juárez, ubicada en la colonia irregular Sacramento de Jesús en Tuxtla Gutiérrez, no posee adecuada infraestructura, pavimentación y espacio suficiente para evitar la aglomeración de estudiantes
Ana Liz Leyte / Aquínoticias
Aunque cada vez son más las escuelas que se reincorporan a clases de manera presencial, en otras más, debido a las condiciones de marginación, hacerlo representa un doble riesgo.
La primaria Benito Juárez, ubicada en la colonia irregular Sacramento de Jesús en Tuxtla Gutiérrez, carece de agua potable, adecuada infraestructura, pavimentación y espacio suficiente para evitar la aglomeración de estudiantes, pues, aunque existen todos los grados escolares, únicamente cuentan con dos salones, mismos que fueron construidos con recursos de los propios padres y madres de familia, a través de cooperaciones y del dinero obtenido en una manifestación que realizaron hace poco más de dos años.
«Gobiernos van, gobiernos vienen y no hay quién esté al tanto de la escuela, no hay quién nos apoye o diga que van a ayudar, los niños han estado bajo del sol y ahora por la pandemia es más difícil regresar», expresó molesta la señora María de Jesús Pérez Hernández, madre de familia.
La mayoría de las y los estudiantes que acuden a dicha escuela, son de bajos recursos y difícilmente pueden destinar dinero para la compra de material de limpieza, sin embargo, lo han hecho, no obstante, han preferido que las y los estudiantes acudan tan sólo dos veces a la semana, pues de lo contrario -aseguran- el gasto, sería aún mayor.
«Preocupa muchísimo que haya bajado demasiado la afluencia a la escuela, mi hija, por ejemplo, apenas va en primer grado y de los 365 días no vamos a ocupar esos días, solo dos veces a la semana, es muy poco», dijo Rosario Sánchez Sánchez.
Piden a la Secretaría de Educación, además de dotar de insumos para la limpieza, avanzar en el mejoramiento de la infraestructura, pues al no contar siquiera con agua, se expone aún más a los menores.