Normalistas y policias, espectaculo en ambos bandos

El show, como la vida, debe continuar: la andanada normalista y la reacción policial

Daniel Torre/ Portavoz

[dropcap]B[/dropcap]ien decía Monsiváis: «Si un acto público de cualquier índole quiere sobrevivir en esta época, deberá, irremisiblemente, adoptar las características del control remoto». Gracias a la vanidad humana y la súper edición de los centros de video, los entes presentes se mostrarán sonrientes y felices, y quienes no están acostumbrados a estas acciones llegarán a casa diciendo: «mamá, pon la tele, hoy saldré en las noticias».
Durante la inauguración del encarpetamiento del estacionamiento de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Chiapas, funcionarios y académicos sonríen a las cámaras mientras que en redes sociales las y los alumnos realizan transmisiones en vivo para mofarse o quejarse de que son acarreados, y lo son.
Mientras tanto, en la salida poniente de la capital chiapaneca, normalistas vandalizan en las instalaciones del Oxxo que se sitúa frente a la planta de Pemex y saquean vehículos de empresas comerciales, después se fugan a bordo de cinco camiones de transporte, pero un fuerte operativo de fuerzas del orden público los intercepta en el Libramiento Norte; son llevados a la Fiscalía General de Justicia Estado.
La tecnología nos ha brindado la herramienta de la inmediatez, les ha «tirado el teatrito» a muchos funcionarios públicos y ha puesto en evidencia los abusos de autoridad. Los normalistas detenidos difunden un video desde el interior de uno de los camiones y otro video es transmitido desde la fiscalía; en cuestión de minutos ambas grabaciones se hacen virales. La opinión pública se divide.
En el primer video se ve a cinco elementos policiales que, abusando de la fuerza, bajan a las y los jóvenes del camión: golpes, catorrazos, tehuacanazos e insultos son constante en el acto, a una mujer la jalan del cabello y patean a la mayoría.
El segundo video da un panorama más abierto de la situación; algunos alumnos corren desesperados y escapan de las manos de la ley. La obesidad de los elementos les impide alcanzarlos.

Las reacciones

Alrededor de las 4:30 de la tarde, 150 alumnos de la Escuela Normal de Licenciatura en Educación Primaria del Estado marchan sobre la Calzada al Sumidero con dirección a la fiscalía. Dos mujeres encabezan el contingente portando una manta en la que se lee: «no queremos más represión», gritan consignas, marchan pacíficamente, pero en su rostro se nota la frustración y el enojo.
Al llegar a la fiscalía, a eso de las 5:00 de la tarde, un grupo de madres y padres desesperados se encuentra afuera y un cerco policiaco de aproximadamente 60 elementos resguarda la entrada; los granaderos, al ver que la multitud se acerca, cierran el portón; los gritos y reclamos aumentan. Una madre de familia encara a un policía mientras señala a la multitud: «¿Tú crees que ellos son vándalos?, tus jefes que están adentro son más vándalos, pinche gobierno culero, solo mata a nuestros hijos».
Los medios, oficiales y críticos, difieren en la cifra de detenidos, más tarde la versión oficial señala que son 236. Un grupo de normalistas hace cuentas, «nada más échenle pluma, si son cinco camiones de 44 cada uno, 220 es el total».
En la fiscalía, como era de suponerse, la burocracia se burla de ellos, les hacen señas obscenas y les gritan que mejor ya se vayan.
A las 7:45 de la tarde el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación señalan en un comunicado que «cuando la forma de atender y solucionar las distintas problemáticas que acontecen en el estado es con el uso de la fuerza pública, reprimiendo y golpeando a las voces inconformes, es señal inequívoca que se acabaron los argumentos para el diálogo, que no hay capacidad para la resolución de las demandas empleando la fuerza represiva contra nuestro pueblo harto de injusticias», y anuncian que accionarán en caso de no resolverse de inmediato las peticiones.
Poco después de las 11 de la noche inició el proceso de liberación de las y los jóvenes. De acuerdo con las últimas denuncias algunos estudiantes presentaban golpes.
Dentro de la superficialidad internauta, algunos comentarios como el de Raúl Ríos Trujillo, catedrático de la Universidad Autónoma de Chiapas, es acertado: «El video de ayer fue de los normalistas saqueando el oxxo, el de hoy es el de los policías gandallas pateando a normalistas tirados en el piso. Ni a quien irle, estamos en el Social media Show Live. Qué bueno que en los dos bandos hay espectáculo.»

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