Nueva cultura de la denuncia saca a flote verdaderas cifras de violencia intrafamiliar en Chiapas / Hector Estrada

En Chiapas, la violencia intrafamiliar y de género es una situación que se ha vivido en silencio durante décadas, tras la intimidad de los hogares, donde la cultura de la denuncia apenas comienza a permear y sacar a flote la escandalosa realidad con sus verdaderas cifras.
Apenas en 2012, los resultados de la última Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) colocaban a Chiapas como la entidad con el menor índice de violencia hacia las mujeres. Un dato que hoy para muchos resulta difícil de creer.
De esta forma, mientras hace dos años a nivel nacional casi cinco de cada 10 mujeres aseguraban haber sido víctimas de violencia intrafamiliar, en Chiapas la cifra sólo rebasaba el 20 por ciento. Situación que para algunos resultó un motivo de festejo, sin embargo, las consecuencias del silencio hoy son más que evidentes.
La «cultura de la disimulación» al interior de los hogares o en las relaciones en pareja ha tenido como resultado desenlaces fatales con más de 16 mujeres asesinadas por sus propias parejas en lo que va del año.
De acuerdo a diversas organizaciones sociales dedicadas a la protección de los derechos de la mujer, Chiapas registra uno de los índices más alarmantes en torno a casos de feminicidios; un delito que en 2013 sumó 84 expedientes de mujeres chiapanecas asesinadas.
Pero, ¿Cómo podría estar pasando algo así en una entidad que hace apenas dos años contaba con el índice de violencia intrafamiliar más bajo del país?
Ese fue precisamente el problema: el silencio. Dicen los expertos que no hay nada más peligroso que la complicidad de la misma víctima, quien por patrones sociales, miedo o manipulación del verdugo termina solapando y ocultando la misma violencia que padece.
El silencio es causa de la tragedia y esta misma parece ser origen de una nueva conciencia social en torno a la cultura de la denuncia. Es una situación que ha disparado los reportes a los números de emergencia sobre violencia intrafamiliar y de género.
Según declaraciones de la encargada de Unidad Especializada de la Policía Municipal para la Atención de la Violencia Intrafamiliar y de Género (UNEVIG) en Tuxtla Gutiérrez, María Guadalupe Pacheco Tovar, en lo que va del 2014 se han atendido 400 casos, 300 más de lo denunciados y atendidos el año pasado.
Las cifras parecieran alarmantes, sin embargo resultan un dato alentador. En la capital de Chiapas se han cuadruplicado las denuncias, la disimulación parece estar dejando la intimidad de los hogares para hacerse evidente.
A decir de María Guadalupe Pacheco, el incremento en los casos sobre violencia (principalmente hacia mujeres, niños y ancianos) mantiene optimistas a los integrantes de la UNEVIG, cuyos elementos ya han sido capacitados por la Policía Federal, la Secretaría Municipal de la Mujer y la Fiscalía Especializada en Protección a los Derechos de las Mujeres, a fin de hacer frente a los crecientes reportes.
Pese a estos datos que resultan positivos, aún existe un largo trecho. De acuerdo a expedientes de la propia UNEVIG, la gran mayoría de los casos tienen reincidencia, pocos terminan con sentencias condenatorias, por lo que a pesar del acompañamiento legal y psicológico las víctimas terminan perdonando a los agresores.
Hoy aparentemente una nueva cultura de la denuncia está sacando a la luz las verdaderas cifras violencia intrafamiliar en Chiapas con mecanismos como el UNEVIG y número de emergencia 075. No obstante, poco se podrá hacer mientras no se reconfigure a la estructura social donde el valor del respeto sea eje medular de la convivencia.

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