Empresarios denuncian el impacto de la creciente violencia en la región fronteriza. «Este ambiente no solo afecta a la población; también ha generado temor entre los inversionistas, quienes prefieren evitar establecerse en esta zona», explican
Aquínoticias Staff
La creciente ola de violencia que azota la frontera sur y otras regiones del estado ha puesto en jaque a la Iniciativa Privada, además de sembrar temor en la población. Empresarios y representantes del sector productivo alertan sobre las graves implicaciones económicas y sociales de esta crisis, advirtiendo que, de continuar este escenario, el cierre del año podría traer consecuencias negativas irreversibles para la economía regional.
Nicolás Castañeda Javier, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra), expresó la profunda preocupación del sector empresarial ante un panorama que describió como crítico. «La inseguridad se ha incrementado debido a la impunidad y a la falta de investigaciones eficientes por parte de las autoridades encargadas de la justicia,» denunció.
Castañeda destacó que la relajación de protocolos de seguridad y la porosidad de la frontera han convertido la región en un terreno fértil para la delincuencia organizada. «Este ambiente no solo afecta a la población; también ha generado temor entre los inversionistas, quienes prefieren evitar establecerse en esta zona«, explicó.
El impacto no se limita a la percepción de inseguridad. Aníbal Núñez, secretario de Procentro, subrayó que la falta de seguridad ha paralizado los detonantes económicos en la frontera. «Las actividades productivas legales están prácticamente muertas. En su lugar, hemos visto un auge de actividades ilícitas y el trasiego de mercancías ilegales, operadas por grupos delictivos,» señaló.
Núñez enfatizó la necesidad de que los gobiernos federal y estatal aborden este problema de manera integral, atacando tanto las causas sociales de la delincuencia como fortaleciendo las estrategias de seguridad. «La delincuencia ha superado a las corporaciones policiales, lo que genera un estado de incertidumbre insostenible«, advirtió.
Los empresarios han sido claros en su postura: es imprescindible que las autoridades de los tres órdenes de gobierno asuman su responsabilidad de garantizar la seguridad y restablecer el estado de derecho. «No podemos seguir operando en un entorno donde la violencia es la norma. Es fundamental que las instituciones encargadas de la seguridad actúen con firmeza y restituyan la tranquilidad que tanto necesitamos,» concluyó Castañeda.
La violencia en la frontera sur no solo representa un desafío de seguridad, sino también un freno al desarrollo económico y social de la región. Mientras la Iniciativa Privada y la población exigen respuestas, la capacidad de las autoridades para implementar acciones efectivas será determinante para cambiar el rumbo de la crisis.
Con información de Diario del Sur