Primarias no acatan la Ley y permiten el ingreso de comida con bajo contenido nutricional; y las autoridades, bien gracias
Elizabeth Marina / Portavoz
[dropcap]A[/dropcap]unque las escuelas de nivel básico en todo el país tienen prohibida la venta de comida chatarra, en la entidad existe un porcentaje alto de instituciones que permite que los niños y niñas ingresen este tipo de alimentos a los planteles.
Al respecto la diputada Judith Torres Vera, presidenta de la Comisión de Educación y Cultura del Congreso del Estado, señaló que estas escuelas deben ser sancionadas debido a que incurren en una falta a la Ley.
En este sentido, hizo un exhorto a las secretarías de Educación y de Salud a que vigilen que los directivos y docentes, así como padres y madres de familia no pasen por alto esta normativa.
La congresista dijo que son alarmantes las cifras de obesidad infantil en México, por lo que es necesario que las escuelas públicas den a conocer el daño que provoca a la salud el consumo excesivo de grasas, azúcares y refrescos gaseosos, para que la venta de estos productos vaya a la baja.
De acuerdo al Instituto Nacional de Salud Pública, en el año 2014, el 80 por ciento del colectivo escolar (estudiantes, docentes y padres de familia) ignoraban que la ley ya prohíbe la venta y distribución de la comida chatarra en las escuelas públicas.
En este sentido, destacó la iniciativa de Ley del diputado, Eduardo Ramírez Aguilar que propone –además de 30 minutos de activación física– la venta de comidas saludables en escuelas de preescolar, primaria y secundaria, pues se estima que en nueve de cada diez escuelas en el país, se venden dulces, pasteles, botanas industrializadas y refrescos embotellados.
Asimismo, Torres Vera destacó la importancia de implementar acciones ya que, asegura, en Chiapas la diabetes infantil ha incrementado en los últimos años, derivado de los malos hábitos alimenticios que tienen las familias mexicanas.
«Hay niños menores de ocho años que ya son dializados y están en espera de un riñón, esta es una situación realmente lamentable.»
Finalmente dijo que para que la Ley pueda ser correctamente aplicada, es de gran importancia la participación del colectivo escolar, quienes en la mayoría de las ocasiones son quienes no se acatan a las normas establecidas por las instituciones educativas.
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Las cifras de obesidad infantil en México son alarmantes, por lo que es necesario que las escuelas públicas den a conocer el daño que provoca a la salud el consumo excesivo de grasas, azúcares y refrescos gaseosos
