Exhortan a la población a dejar descansar al ejemplar que visita la costa chiapaneca; de verle, piden avisar a las autoridades correspondientes para su monitoreo y atención
Lucero Natarén / Aquínoticias
Chiapas ha sido un sitio de descanso para muchas especies desde siempre, sin embargo, desde hace un par de meses han ocurrido inusuales visitas. Dos ejemplares de elefante marino (Mirounga leonina) provenientes del Sur, han tenido presencia en las playas chiapanecas.
El pasado 26 de enero de 2021 Pijijiapan fue testigo de un nuevo avistamiento de elefante marino. Los especialistas de la Reserva de la Biosfera La Encrucijada indicaron que se trata de un ejemplar distinto al visto en las playas de Tonalá el 15 de diciembre de 2020. Confirmaron que este pinnípedo también es macho subadulto, el cual mide 3 metros de longitud y pesa alrededor de 500 kg.
Ante este fenómeno que ha cautivado a los visitantes y locales, explicaron que «esta es una oportunidad para la ciudadanía de hacer las cosas bien» y no se repita la historia del anterior visitante. Por ello, de tener un avistamiento, recomiendan dejarlo descansar, ya que se encuentra en un proceso de cambio de pelaje, por lo que es indispensable no interrumpirlo; remarcaron que se encuentra estable y puede valerse por sí mismo. «No es un varamiento, sino una visita ocasional».
«Si lo observan, manténganse alejados, guarden silencio, no le arrojen comida, ni agua, además tampoco acudan con sus mascotas, pues esto podría poner en riesgo a todos». Si bien estos animales llegan a tierra para descansar, después de largas travesías en el mar, es altamente probable que después de unos días, el elefante marino se retire por sí mismo, aseguró la coordinación del Santuario Playa de Puerto Arista.
-Estiman los expertos que este espécimen lleva un avance de 40 a 50 por ciento en su proceso de cambio de pelaje-. Destacaron que con la visita del primer elefante marino se adquirió experiencia, situaciones que no se deben repetir.
«Hubo quienes le arrojaron agua y lo cubrieron con palmas e incluso con láminas, esto podría ser contraproducente para el mamífero, si desean hacer una buena obra, es mejor dejarlo solo. Si el desea agua o comida se adentrará al mar, si desea descanso él solo buscará sombra», señaló la dirección de la Reserva de la Biosfera La Encrucijada.
En caso de que la ciudadanía registre nuevos avistamientos en playas de Tonalá, los expertos exhortan a reportarlo al 911 o a través de la página de Facebook CONANP-Santuario Playa de Puerto Arista, para que las autoridades ambientales puedan monitorearlo.
Los últimos registros indican que el mamífero se mantiene cercano a las playas de Tonalá, -siendo en Pijijiapan el primer avistamiento-, ante este escenario tanto personal de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) y de la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (SEMAHN) se mantienen alertas para atenderlo cuando se encuentre en las inmediaciones del Santuario Playa de Puerto Arista, además de mantener guardia para resguardar al elefante marino de la fauna local, visitantes y pescadores.
Cabe recordar que en México se ha registrado la presencia de esta especie en tres ocasiones anteriores durante 2019 y 2020. El primer caso en la zona de La Paz (Baja California Sur), confirmado genéticamente como Mirounga leonina, el segundo en noviembre de 2020 en San Pancho (Nayarit) continuando el mismo individuo hasta Mazatlán (Sinaloa), confirmado con base en fotografías y el más reciente en diciembre de 2020 en las costas de Chiapas en la localidad de Puerto Arista, específicamente en el Santuario Playa de Puerto Arista y Reserva de la Biosfera La Encrucijada.
«Ya estamos en el mapa de estos ejemplares. No es una migración natural, pero es probable que nos visiten en el siguiente mes o el próximo año», afirmó la coordinación del Santuario Playa de Puerto Arista de la CONANP.
Así mismo, el mes pasado se reportó la presencia de un elefante marino en playas de El Salvador que duró al menos 13 horas para posteriormente perdérsele su rastro. «Se le vio con dirección al Norte».
Cabe destacar que los elefantes marinos, realizan anualmente dos viajes de alimentación. El primer viaje tras el apareamiento para alimentarse intensivamente y recuperarse de los efectos del ayuno reproductivo, esta travesía empieza en agosto a octubre y parte de noviembre, regresando a la misma colonia reproductiva o isla. El segundo viaje es para cambiar de pelo o «pelechar» en diciembre, enero, y hasta febrero.
Los elefantes marinos pueden descansar en la playa hasta por un mes; al finalizar el proceso regresan al mar para alimentarse intensivamente y si es una hembra preñada, para que el feto crezca. El pelo nuevo es corto y gris claro a oscuro para ambos sexos.