Esta es la historia de Rafael García, un tuxtleco que perdió a su esposa hace 20 años, pero no así el deseo de darles lo necesario a sus hijos, lo que lo ha convertido en patriarca de un hogar que se llena cada Navidad
Ana Liz Leyte / Aquínoticias
Rafael García, pese a la pérdida de su esposa hace más de 20 años -víctima de cáncer-, sacó adelante a sus cinco hijos, quienes hoy en día ya son mayores de edad y tienen una carrera profesional.
«Yo me quedé solo con mis hijos pequeños, yo le eché ganas, qué me quedaba, ahorita ya se casaron, ya soy hasta abuelo», cuenta el señor Rafael, al recordar a sus hijos y la crianza que les dio.
Y aunque fueron años complicados, la unión familiar, el apoyo de su familia y el deseo de criar a cuatro hombres y una mujer, hizo que Rafael trabajara sin descanso para llevar el alimento, vestimenta, educación y, sobre todo, el amor a sus hijos.
«Perder a la esposa es bastante fuerte para uno pues, la esposa es el timón del barco, es la persona de confianza, pero en vez de hundirme en la tristeza, dije, lo primero son los hijos y hay que sacarlos adelante».
Hoy, Rafael García vive con su madre, una adulta mayor que requiere de sus cuidados, mientras que sus cuatro hijos y una hija trabajan y viven en diferentes ciudades, sin embargo, cada año para festejar la Navidad se reúnen en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, con la diferencia que cada vez, se suman más integrantes a su familia, pues a sus 50 años, ya es abuelo.
«A la vida hay que tomarla bien, porque si lo tomas de frente con todos los problemas y decides estacarte, hasta te llegas a enfermar, hay que tomarlo bien, enfrentar lo bueno y lo malo, no toda la vida va a ser buena», reflexionó.