Paisajes «efimeros», nuevo arte arquitectnico

Desde las aulas de la Facultad de Arquitectura de la Unach surgió un proyecto de abstracción efímera, que interviene de manera simbólica los paisajes sin modificarlos físicamente, dando como resultado una visión única de fenómenos naturales que observados a través de estas creaciones forman experiencias inolvidables

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]L[/dropcap]a llamada arquitectura sustentable permite crear construcciones ecológicas y conscientes que optimizan los recursos naturales; y aunque en un inicio, la idea para muchos era burda, hoy es una realidad que está transformando las obras arquitectónicas.
Aprovechando las condiciones geográficas del estado, estudiantes de la facultad de arquitectura de la Universidad Autónoma de Chiapas (Unach) construyeron prototipos con enfoque ecológico que intervienen el paisaje sin modificarlo físicamente.
Desde las aulas de la facultad surgió un proyecto de abstracción efímera que interviene de manera simbólica los paisajes naturales creando una visión única de fenómenos como el amanecer, la puesta del sol y la noche, eventos únicos que observados a través de estas creaciones forman experiencias inolvidables.
Como parte de la materia de arquitectura sustentable en mayo de este año, nació un proyecto integrador que permite apreciar la naturaleza sin abusar de ella mediante el trabajo de 19 jóvenes que conceptualizaron, diseñaron y construyeron objetos efímeros con materiales naturales, explica el arquitecto a cargo y docente de la facultad de arquitectura de la Unach, Antonio Nivón.
El ejercicio se realizó en diferentes localidades: Puerto Arista, Chiapa de Corzo y el Río Grijalva en donde la idea principal fue experimentar la relación entre el paisaje, el objeto y el observador.
«El objetivo es resaltar la naturaleza a través de un objeto observatorio del paisaje con el fin de intervenir en él de manera simbólica, enfatizando el recorrido del sol, las nubes, las montañas o el mar; todo lo anterior mediante materiales que no impactan al medio ambiente».
Nivón detalló que el mar, el río y la montaña fueron los paisajes elegidos y con la ayuda de tres objetos observatorios: Atrapasueños, Capturar el aire y Banca Bambú, construidos con carrizo, palma, madera y cualquier clase de material natural, lograron configurar un lugar específico en el territorio al que fueron desplazados.

Más que objetos

Además de eficientes, las edificaciones sustentables embellecen el paisaje y se integran amigablemente con el entorno; se estima que una construcción sustentable genera ahorros de 50 al 90 por ciento –en promedio– en el costo de los desechos.
Por ello, previo a la construcción de los objetos efímeros se realizaron propuestas en maquetas volumétricas para saber cómo destacar el paisaje con las propuestas y posteriormente se prefabricaron los objetos.
La idea central era la de contemplar el paisaje en tres momentos claves: la mañana, la tarde y la noche, una actividad que desde la perspectiva de Nivón, prioriza la reflexión a través de un evento efímero que, además, permite a los espectadores vivir la experiencia de apropiarse de cualquier paisaje.
El equipo de estudiantes del séptimo semestre liderado por el arquitecto Nivón lo integran 19 jóvenes: Carolina Álvarez, Mariana Moreno, Cindel Isaías, Paola Molina, Lizbeth Urbina, Milton Méndez, Diana Ruiz, , Myriam Bermúdez, Michael Pineda, Ulises Cruz, Crescencio Gómez, Leyber González, José Alfredo López, Charlie Lozano, Cynthia Maza, Alejandra Mendoza, Karen Morales, Fernando Navarro y Víctor Vila.

Tres modelos

La relación que existe entre la arquitectura, el lugar y el paisaje natural toma sentido a partir de la escala, la forma y los materiales usados en cada uno de los proyectos, ya que cada uno actúa para crear un contrapunto con su entorno inmediato.
Atrapasueños: es uno de los objetos efímeros creado por los jóvenes chiapanecos. Para su construcción se necesitaron carrizos e hilos de hamaca, una vez terminado fue situado en Chiapa de Corzo con vista al Río Grijalva y la parte oriental de Tuxtla Gutiérrez.
El atrapasueños activó los sentidos de todo el que se situó en él, haciéndole sentir y vivir una experiencia distinta al observar un atardecer, sentir la brisa, contemplar las montañas y la ciudad.
Capturar el aire: fue situado a orilla del mar, en Puerto Arista. Está hecho con madera de reúso y estambre, su forma logra que la brisa pase por medio de hilos de estambre tejido en forma hiperbólica, lo cual intensifica los decibeles y lo hace perceptible intensamente.
Banca Bambú: es un objeto creado específicamente para observar el Río Grijalva. Hecho con materiales naturales y técnicamente fácil de hacer; es un objeto reciclable y de fácil transportación.
La banca de bambú fue situada en los márgenes del Río Grijalva, en Chiapa de Corzo; una construcción sencilla a la vista, pero con un alto nivel de impacto para quien se dispone a observar el paisaje sobre ella.
Estas diferentes propuestas artísticas y arquitectónicas reflejan la vulnerabilidad del ser humano, evocándolo a una profunda reflexión sobre la importancia de respetar el planeta y su naturaleza.

 

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