La supercarretera y el negocio de los bloqueos
El anuncio de la supercarretera San Cristóbal-Palenque ha generado una gran expectativa entre los chiapanecos que ven con urgencia y necesaria la puesta en marcha de esta magna obra que significará un polo de desarrollo para la entidad.
Sectores como el transportista, hotelero, comerciantes y demás han aplaudido la determinación del gobernador electo Eduardo Ramírez, para impulsar esta obra que según lo declarado comenzará los primeros días del próximo año.
Una vez anunciada esta obra, y dadas a conocer todos los beneficios que traerá consigo la pregunta es ¿Cuánto tiempo podrán los chapanecos y los visitantes poder circular tranquilamente sin los topes que tradicionalmente comunidades indígenas instalan en diferentes puntos tal y como sucede en la carretera San Cristóbal-Ocosingo y San Cristóbal-Palenque
Otro punto más que preocupa a los diferentes sectores es erradicar la costumbre de las comunidades indígenas de llevar a cabo bloqueos y boteo.
Por todos es sabido que Oxchuc es un punto donde de manera constante, por no decir que a diario se realizan bloqueos en el punto conocido como el arco y quienes quieran transitar tienen que pagar cifras que van desde los 50 hasta los 300 pesos.
Otros puntos, como “El Corralito” y “Río Florido” en la carretera a Ocosingo son lugares donde sus habitantes llevan a cabo acciones de bloqueo como un mero negocio para sus habitantes qué han hecho de esta actividad ilícita su modo de vida
Por ello la pregunta, es ¿Qué tienen previsto las nuevas autoridades para evitar que se sigan dando este tipo de hechos que han afectado seriamente la actividad turística del estado? Las grandes empresas de transporte han optado por viajar de Tuxtla-Villahermosa y posteriormente a Palenque dejando de pasar por esas rutas.
Como lo anunció el gobernador electo, la Secretaría de Gobierno habrá de ser una instancia mediadora y de negociación que tendrá que tejer fino para generar las condiciones políticas y sociales en las comunidades aledañas a esta nueva carretera para evitar que se siga dando esta situación de los bloqueos.
De no ser así, será cuestión de tiempo para que veamos en esta nueva vía de comunicación los topes y los bloqueos de aquellos que han hecho de esta actividad su modo de vida y pretenden ganarse el dinero sentados.
Y es que en la más completa impunidad, en los últimos meses los bloqueos carreteros, así como la toma de casetas de cobro, se han convertido en un auténtico negocio para ciertas organizaciones sociales y estudiantiles como los delincuentes de la escuela normal rural Mactumatza, ante la inoperancia de las autoridades sin que estas intervengan.
Quienes bloquean estas vías de comunicación fijan las cuotas a pagar para transitar, y cuando así les place cierran el paso vehicular por completo, aun cuando los automovilistas se digan dispuestos a pagar la cuota.
El kilómetro 46 prácticamente ya en San Cristóbal de las Casas, es el punto de mayor referencia donde casi a diario se registra un bloqueo por parte de diferentes organizaciones, ya sean magisteriales, campesinas, entre otras que operan en la más completa impunidad.
Casetas, negocio redondo…
Otro modus vivendi que han hecho, es la toma de las casetas de cobro de algunas carreteras. La que más sufre las consecuencias es la de Tuxtla-San Cristóbal, la cual es constantemente tomada por asalto por estudiantes normalistas que aplican cuotas que van desde los 30 hasta los 100 pesos, según el estado de ánimo de estos.
Cada vez son constantes las denuncias de turistas, tanto nacionales como extranjeros, que son retenidos en estos puntos de bloqueos carreteros y obtienen su liberación previo desembolso de múltiples cantidades que seguramente son
pagadas por las propias autoridades.
Ello sin contar la mala imagen que se genera de la entidad a nivel nacional e internacional. Si a esto se agrega el descontrol que prevalece en la región fronteriza por las acciones del crimen organizado, esto se vuelve un auténtico caos.