Los morenistas y la negociación de la realidad
El país se cae a pedazos desde hace muchos años. Pero fueron los 6 anteriores en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador cuando la situación del país comenzó a tomar matices preocupantes en materia de seguridad.
Millones de estos, están dispuestos a vivir en un país violento, repleto de campos de exterminio y fosas clandestinas, mientras el gobierno les siga dando dadivas.
Y es que resulta increíble que ante este panorama desolador de violencia e inseguridad que azota a miles de familias mexicanas, los simpatizantes morenistas nieguen la realidad de un país, permanecen hipnotizados con una retórica de culpar al pasado de todo lo malo que sucede desde 16 años, y que pareciera tendrá continuidad 6 años más en esta actuar administración.
Fanatizados, “atolizados”, cegados por un fervor casi mesiánico a un sujeto como Andrés Manuel López Obrador cuyo paso por la presidencia significó la destrucción de las instituciones que eran sostén de un régimen democrático en el país. Los fanáticos de Morena pueden señalar que estas eran corruptas y que no funcionaban de manera correcta lo cual es muy probable y muy cierto.
Sin embargo, no se trataba de ponerle en la madre a toda una estructura gubernamental así por así. Lo correcto hubiese sido depurarlas, corregir sus fallas y enmendarlas para un buen funcionamiento. Pero no demolerlas
Personajes como Gerardo Fernández Noroña que antes mantenían una postura férrea vociferando a los 4 vientos que hacían falta 43, en referencia a los normalistas de Ayotzinapa, ahora en un acto de poca madre sale a cuestionar y a poner en tela de duda la existencia de ese campo exterminio vocalizado en Jalisco.
O peor aún que digan que un grupo de ciudadanos que protestaban en el Zócalo de la Ciudad de México, precisamente por las desapariciones sean “calderonistas”.
Sí, es el tipo de autoridades que tenemos. Ese es el tipo de autoridades a quienes los morenistas defienden a capa y espada de manera ciega y todo a cambio de una dádiva gubernamental de 3 mil pesos mensuales.
Cuando se critican estos actos de barbarie, salen las hordas morenistas a señalar que es culpa de Calderón, que es culpa de Peña Nieto, pero son incapaces, torpes y ciegos que no reconocen que desde hace más de 6 años a este país lo gobierna Morena.
Lástima, están cegados por un fervor mesiánico hacia un personaje que permanece escondido en la selva chiapaneca, y que desde su desde el día que dejó el cargo ha desaparecido de la vista de los mexicanos, pero que no se duda que mueva los hilos tras el poder.
La pregunta es qué tiene que pasar para que los morenistas abran los ojos y se den cuenta de la realidad que azota al país. Insisto cegados en su fanatismo. Una de las características que tiene la gran mayoría de los morenistas es su poca capacidad de análisis y de diálogo.
Estos todo lo resuelven con las agresiones y los descalificativos prianistas chayoteros, vendidos o dónde estaban cuando el PRI, son las palabras que usan para defender su postura mesiánica. Lástima, están cegados, e insisto niegan la realidad del país.