Palabras Claras / Silvano Bautista

Narcia, apellido sinónimo de abuso de poder

En días recientes, la figura del presidente municipal de Tonalá, Manuel Narcia, ha vuelto a ser motivo de escándalo público. Esta vez no por actos de gobierno, sino por la conducta de su hijo, un joven misógino, agresivo y pueril, cuya actitud ha sido expuesta como reflejo de impunidad, arrogancia y desprecio hacia el ejercicio periodístico. Pero no nos equivoquemos: el verdadero problema no es “Manaco”, ni su vástago con ínfulas de cacique heredero.

El verdadero y más profundo problema es la violencia estructural que enfrentan periodistas como Juan Manuel Corzo y la falta de mecanismos institucionales efectivos para protegerlos. Es esa violencia silenciosa y constante la que debería estar en el centro del debate, no la anécdota vulgar del hijo del alcalde.

En Chiapas, la libertad de expresión se ejerce en condiciones de riesgo. El periodismo que incomoda al poder local, el que cuestiona las decisiones políticas, el que revela abusos o evidencia corrupción, suele pagar un alto precio: hostigamiento, amenazas, censura, estigmatización. Y cuando no basta la presión informal, aparece el uso de la fuerza o del aparato judicial.

Los insultos, amagos o intentos de intimidación contra Corzo no son hechos aislados: ocurren en un contexto regional donde se han documentado ataques graves a la prensa, muchos de los cuales permanecen impunes, invisibilizados o minimizados por las propias autoridades. Esta situación lesiona el derecho a la información de la sociedad y genera efectos irreparables en términos de derechos humanos.

El problema no es un presidente municipal bocón, ni su hijo fanfarrón: el problema es el vacío institucional que permite que figuras como ellos sigan operando con impunidad, sin contrapesos ni rendición de cuentas. El problema es la naturalización de la violencia contra periodistas como si fuera parte del costo de ejercer su profesión en zonas de silencio impuesto.

Lo que ocurre en Tonalá debería ser una llamada de atención: no para convertir a un junior prepotente en trading topic, sino para poner el foco donde importa: en la protección efectiva del ejercicio periodístico, en la garantía del derecho a la información y en el fortalecimiento del Estado de derecho en los municipios más vulnerables.

Porque cuando la violencia estructural se normaliza y el poder local se ejerce sin vigilancia, el periodismo se convierte en una actividad de alto riesgo. Y entonces, callar no es una opción, pero hablar tampoco garantiza justicia.

El contexto..

El hijo de «MANACO», amenaza a periodista por republicar sus textos que evidencian misoginia, apología del delito e ilícitos cometidos sin castigo.

Sólo han sido «RT», como se dice en el argot del ciberespacio, de las publicaciones que hace el propio hijo del alcalde de Tonalá Manuel Narcía Coutiño, cuya conducta lasciva, misógina, homofóbica, discriminatoria y delincuencial, evidencia un grado de peligro que aún no ha sido castigado por las autoridades judiciales.

Manuel Narcía Ortíz, ha sido señalado como violentador de mujeres, con pruebas irrefutables, y aun así goza de total impunidad.

Manuel Narcía Jr. se molestó recientemente con el periodista Juan Manuel N. Director del Portal Despertando a Chiapas, quien presento cargos este lunes ante las autoridades locales por amenazas de muerte tras haberse atrevido a retomar las publicaciones del hijo del alcalde tonalteco y exhibir la prepotencia con la que se conduce y hace gala de ser intocable.

El junior, quien vive en Tuxtla Gutiérrez, y publica sus excesos cometidos con sus amigos y hace alarde de derroche de dinero, dice tener compradas a las autoridades y que su papá goza de protección, además de que, según él, toda su familia es intocable.

Ojalá esta denuncia toque fondo porque el Junior merece estar tras las rejas por cualquiera de la enorme lista de delitos cometidos sin castigo. Mientras tanto, el periodista Juan Manuel N. hace responsable a Manuel Narcía Ortíz y a Manuel Narcía Coutiño de lo que pudiera pasarle a él y a su familia.

Desde acá le brindamos nuestra solidaridad al colega que se encuentra en peligro tras las amenazas de muerte que ha recibido de manera directa y de personeros de este rufián.

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