Palabras Claras / Silvano Bautista

Oxchuc, una lacra social

El conflicto político, social y económico que durante años se ha encarnado en el municipio de Oxchuc ha convertido a este en una lacra y en una carga para diferentes gobiernos desde hace muchos años.

En una mezcolanza donde conjugan diversos factores y diversos actores. Es lamentable que durante años no se haya logrado una solución a este conflicto que se convierte ya en una especie de cáncer y podredumbre que afecta el desarrollo de la región altos.

Y es que Oxchuc se sitúa en un punto estratégico que tiene que ver con el turismo paso obligado de cientos o miles de turistas que de San Cristóbal de las casas parten a Ocosingo y palenque con las sabidas afectaciones de carácter económico, sin dejar de lado el impacto social y la imagen que se proyecta a nivel nacional e internacional.

Los bloqueos y los boteos casi permanentes son nada a comparación de otras acciones radicales que los habitantes de ese lugar han llevado a cabo en el más completa impunidad y salvajismo.

Se recuerda el secuestro de turistas de diferentes nacionalidades que tuvo lugar hace algunos meses y que el gobierno se vio obligado a entablar un proceso de negociación con estos para que fueran liberados.

Faltó en este caso, como muchos otros la aplicación de la ley y del Estado de derecho. No se puede alegar una represión cuando existen personas que son privadas de su libertad y son usadas como moneda de cambio para obtener beneficios económicos.

La ley debe de aplicarse en este caso más allá de viejos romanticismos o atavismos diciendo que son indígenas. En este tipo de caso no es válido que se escuden en sus usos y costumbres para cometer este tipo de barbaries y que no puedan ser sancionados conforme a la ley como sucede con cualquier otro ciudadano.

Y es que hay que decirlo con todas sus letras son delincuentes, desde el momento en que bloquean una carretera y obtienen beneficio económico a cambio de permitir el libre tránsito están cometiendo un delito.

Son delincuentes, cuando secuestran a personas y retienen vehículos. Son delincuentes cuando se matan a balazos entre ellos mismos sin el menor de los raciocinios, con un comportamiento propio de los animales.

Quizá suenen duros estos términos, pero es la realidad de lo que sucede en Oxchuc. No se puede tener miramientos para quienes no actúan de manera racional y escudados en viejos atavismos pretenden perpetuarse en métodos violentos para obtener prebendas principalmente de carácter económico. 

Urge otra vía de comunicación…

Se mencionaba en líneas arriba, que Oxchuc se encuentra en un punto carretero importante en materia de turismo.

Y aunque hagan otra vía carretera, también la cerraran, los chiapanecos conocen perfectamente a estos indígenas, su negocio es el secuestro de carreteras cobran cuotas, llegan a tal grado del secuestro para doblar a las autoridades; las comunidades ni la luz pagan, es tan solo una muestra del poder de fuego, y lo peor los indígenas de este tipo son «patrimonio cultural de la humanidad “.

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