¿Qué político festeja la destrucción de su nación?
¿Qué clase de político es el que festeja la destrucción de su nación? Qué clase de político es el que festeja destruir órganos autónomos como es el INE, el INAI, entre otros, que costaron durante décadas a los mexicanos una esfuerzo y sacrificio.
Qué clase de político es aquel que corea dócilmente como borrego esa frase venida de más a menos ¡¡es un honor estar con Obrador!!, Cuando en estos momentos deberían estar de lado de la nación y de la gente que les demanda para actuar con cordura.
Qué clase de político es aquel que forma parte de una estructura electoral que recibió 35 millones de votos, pero para mejorar las condiciones del país ya que en las boletas en ningún momento se pedía al electorado que votara por la reforma al Poder Judicial.
Pero ellos no tienen la culpa, gran parte de la culpa la tienen aquellos que votaron por ellos sin saber que prácticamente estaban poniéndose una soga al cuello con las aberraciones que estos pretenden llevar a cabo en el Poder Legislativo.
Ellos, los 35 millones de mexicanos que votaron por estos legisladores, de Morena, que festejan la destrucción y demolición del Poder Judicial, están contentos con las dádivas que les tiran cada 2 meses a través de los programas sociales te ayuda.
Estos, están contentos con sus dadivas a pesar de ser consciente de las mentiras y contradicciones del gobierno, sigue fielmente a AMLO, justificando cada uno de sus fracasos bajo la narrativa constante de culpar al pasado, a los capitalistas o a la oposición.
Para ellos, toda la política se reduce a un enfrentamiento entre “nosotros contra ellos”, donde toda crítica externa es vista como un ataque que debe ser rechazado sin analizar, evitando cualquier reflexión o razonamiento contrario.
Puede en ellos, e resentimiento social como una característica distintiva, manifestado en su rechazo al éxito ajeno, salvo cuando proviene de los dirigentes que veneran.
Esta justificación incansable de lo injustificable responde a una creencia casi dogmática en un futuro utópico prometido por el presidente, aunque la realidad siga sin reflejarlo. Muchos aceptan la dependencia del paternalismo estatal, viendo los subsidios y ayudas como un triunfo sobre sus “opresores”, sin cuestionar si ese sistema realmente les ofrece el cambio y la dignidad que se les prometió.
Todo esto, mientras la pregunta sigue siendo la misma.
¿Qué clase de político es el que festeja la destrucción de su nación?
Y la respuesta a esta pregunta es los legisladores de morena como ya se dijo están empeñados en la destrucción del país sin ponerse a pensar que ellos mismos caminan a su propio cadalso.
Analistas como Mauricio Jalife no han dudado en señalar que “la reforma al poder judicial federal que impone el presidente, con un Congreso sumiso y vergonzoso, justificada bajo la retórica de ‘la transformación’, destruye el modelo como lo conocemos para rodar hacia un escenario inédito y perturbador.
De aprobarse esta reforma, agrega el analista, ya no habrá punto de retorno, y el país se encaminará a una acumulación tal de poder en el titular del Ejecutivo, que cada habitante de este país estará de modo permanente ante la posibilidad de ser atropellado en sus derechos de manera selectiva, y el éxito de su defensa dependerá solo de su cercanía con el poder.
Las otras certezas destruidas pasan por la vida de miles de personas que han dedicado su vida entera a la noble tarea de trabajar en la administración de justicia, construyendo un proyecto de vida basado en el estudio y el servicio a los demás.La certeza ‘mínima’ que requiere la inversión —no solo de grandes capitales—, queda erosionada de tal manera que veremos la contracción de los mercados en forma inmediata y apremiante. Simples matemáticas, la inversión detesta el riesgo.