Marcelo Pérez, o el abuso del poder eclesiástico
Marcelo Pérez, es un sacerdote, pero no es uno mas. Es un sacerdote que incurre en el abuso del poder eclesiástico, de lo cual da cuenta clara el periodista Tomas Aguilar, quien indica que la intromisión del clero en asuntos políticos y comunitarios genera controversia, especialmente en comunidades vulnerables como Pantelhó. Marcelo Pérez es reconocido por su activismo social y es señalado por ejercer una influencia que va más allá de lo espiritual, involucrándose de manera directa en la vida política de la región.
Esta intervención ha causado divisiones internas en la comunidad y ha desatado un clima de tensión que amenaza con desestabilizar la paz social. Aunque el Padre Marcelo se presenta como un defensor de los derechos humanos y un mediador de conflictos, sus acciones son percibidas por algunos sectores como un abuso del poder eclesiástico, lo que podría acarrear consecuencias graves para la población.
El riesgo de que el clero traspase los límites de su función religiosa ha encendido alarmas, ya que el pueblo es quien sufre las repercusiones de las luchas de poder, que muchas veces están disfrazadas de causas sociales. Los expertos advierten que la interferencia de líderes religiosos en cuestiones políticas tiende a fragmentar a las comunidades y exacerbar los conflictos locales, dejando a los habitantes en medio de disputas que no siempre entienden ni apoyan.
La historia ha demostrado que, cuando la autoridad religiosa sobrepasa su ámbito, las consecuencias no tardan en llegar, y las comunidades, especialmente las más frágiles, son las que pagan el precio más alto. En Pantelhó, la intervención de Marcelo Pérez está bajo la lupa, y su impacto en la estabilidad social y política del municipio se debate intensamente.
Marcelo Pérez, quien fue noticia en su estancia de la parroquia de San Antonio de Padua en Simojovel, hoy nuevamente vuelve a estar en los reflectores por ser asesor del grupo armado el machete que tuvo el poder del municipio de Pantelhó a través del concejo y hoy pretenden continuaren el poder
A su llegada a Simojovel, allá por el año 2014 se dijo perseguido político tras su lucha contra el narcomenudeo y las cantinas clandestinas; tiempo después se dio el cambio de gobierno municipal con el ex alcalde Iván Hidalgo Morales y el párroco cesó sus protestas tras firmar jugosos convenios en la alcaldía
El mismo pueblo católico de Simojovel comenzó a rechazar al párroco y su salida de la parroquia llegó con el asesinato de un diácono en la cabecera municipal de Simojovel, fue así que las autoridades de la iglesia católica ordenaron su remoción por medidas de seguridad, para en tanto ya se sabía de su intervención con los grupos de poder en el municipio de Pantelhó
Fue el mismo ex alcalde Iván Hidalgo en la recta final de administración que denunció a más de siete personas a quienes le repartió dinero a cambio de favores, entre ellos al párroco Marcelo Pérez y a Omar Molina Zenteno quien fungía como subsecretario regional de gobierno, hoy concejero nacional de MORENA, entre otros líderes locales
El caso es que el párroco Marcelo, una vez designado en una parroquia de San Cristóbal de las Casas, tuvo más cercanía con el concejo municipal de Pantelhó y el grupo de los machetes, jamás habló de la desaparición de las 35 personas en manos de los machetes en aquel municipio
Hace tres años, por alborotar la paz social le fue girada una orden de aprehensión y fue como lograron calmarlo en sus intervenciones políticas, pues era el protagonista quien asumía las mesas de negociaciones en palacio de gobierno
Actualmente, sigue vinculado con el grupo de los machetes que pelean la permanencia en el poder del municipio de Pantelhó, pero todo indica que las políticas estatales pretenden cambiar las cosas y poner orden en ese municipio con la legalidad de un nuevo concejo municipal contrario al interés del párroco y de los machetes