Ahora extrañan a la PFC
Tras 90 años de servicios el miércoles primero de enero del 2020 fue el día en que desapareció oficialmente la policía federal incluyendo la de Caminos. Fue una orden presidencial directa y tajante. Ahora, ante los asaltos en prácticamente todas las carreteras del país nuevamente extrañan a la desaparecida Policía de Caminos.
Los llamados en determinado momento «caballeros del Camino», son herederos de una tradición y especialización que data de 1928, están lejos del volante. Los que quedan en la Guardia Nacional están cuidando edificios gubernamentales, bancos del bienestar, o cualquier otra instalación gubernamental federal o donde se les requiera, Incluso bosques o pirámides.
De acuerdo a ex Policías de Caminos esta era una verdadera vocación de servicio a la sociedad y muchos de ellos, la pusieron en práctica incluso con sus vidas. A diferencia de los elementos de la Guardia Nacional que han sido asignados a esta labor los primeros llevaban una preparación de dos años en la academia de San Luis Potosi. De estos dos años, uno una dedicado a la clases de manejo. Los últimos llevaron a lo mucho un curso de tres meses y fueron mandados a la carreteras sin los más mínimos y elementales conocimientos, muestra de ello son los accidentes que generan casi a diario por su falta de experiencia. Son tan inexpertos aseguran que no saben ni siquiera llenar una boleta de infracción.
La extinta Policía Federal contaba con varias divisiones: antidrogas, secuestros, fuerzas federales, científica, pero la más importante era la de Caminos. Y es que por las carreteras del país se suscitan un gran numero de delitos, señalan los expertos tales como: secuestro, trafico de drogas, de armas, trata de blanca, y lo principal, los asaltos carreteros. Ahora, con su desaparición comienza a verse con la inseguridad en autopistas federales y poca capacidad de respuesta ante crisis como la que se vive de asaltos a transportistas.
Todos y cada uno de los policías de caminos están lejos de sus patrullas en estos momentos. En 2023, los militares terminaron “la limpia” de elementos procedentes de la extinta Policía Federal y, los que no se dieron de baja, fueron remitidos a la Dirección de Servicios Especiales en donde fueron enviados a cuidar edificios, rebajados a simples porteros luego de una carrera, en muchos casos, de 10 a 20 años de servicio. Sus pagos vía electrónica fueron cancelados y son obligados a viajar a la Ciudad de México para cobrar sus salarios. La idea es reventarlos, aseguran.
Quienes aceptaron ser transferidos a la Guardia Nacional aseguran que los mandos militares de la institución los están obligando a renunciar a través de acoso laboral y menosprecio a la trayectoria profesional que realizaron durante el tiempo que han pertenecido a la institución.
Ahora, el 2024 inicia sin verdaderos policías de caminos y con protestas de transportistas por los constantes asaltos que padecen. En lugar de esos policías con lustros o décadas de experiencia, la Guardia Nacional renovó toda la plantilla con muchachos que toman un mes o dos de clases en la academia de San Luis Potosí y son enviados a cubrir el tramo carretero.
Consultados respecto a la desaparición de la Policía Federal de Caminos, un par de ex elementos son enfáticos en señalar que lo que más se extraña es el conocimiento y experiencia en medio de la crisis transportista. Conocer los tramos carreteros federales incluía saber de las bandas criminales que operan en cada caso. “No se trata sólo de lo que pasa en la carretera, sino de las brechas por las que huyen, de cómo operan y a qué transportistas tiene en la mira”, señala uno de los viejos elementos de lo que una vez fue la llamada Policía de Caminos (su nombre oficial era División Regional de la Policía Federal).
Y cuando hablan de experiencia y capacidad, es porque la tienen. Muchos cursaron cursos de inteligencia policial en diversos países como El Salvador, Guatemala, Bolivia, Francia España e Israel.
De acuerdo a Crónica. cerca de 5 mil elementos fueron cesados de sus funciones entre 2019 y 2023, empezando por los Comisarios, personal con el mayor grado policial y cuyo encargo abarcaba un estado o una de las llamadas estaciones en las que se operaba, mediante varias subestaciones, la seguridad carretera. En este momento, las estaciones y subestaciones son manejadas por sargentos o cabos, un grado militar muy bajo. Los inspectores, un rango intermedio en la cadena de mando, eran quienes generalmente estaban al mando de cada patrulla. Ahora son soldados rasos. De ese tamaño la situación, eso explica la situación actual en las carreteras del país.