Ojalá sea la seguridad
En días pasados el gobernador electo Eduardo Ramírez Aguilar aseguró que, en los primeros días, si no es que desde el primer día de su toma de protesta, en Chiapas se va a sentir el cambio. Esto ha generado una gran expectativa entre los chiapanecos y muchos sectores, por no decir todos, coinciden en señalar que ojalá y este cambio y esta fuerza de la nueva administración gubernamental, sea en materia de seguridad.
Y es que en los últimos 3 años de la administración que está por concluir las acciones de la delincuencia y el crimen organizado han hecho acto de presencia en prácticamente todas las regiones del estado. Lo que los chiapanecos antes veíamos como hechos aislados en entidades del norte del país, en los últimos meses lamentablemente han pasado a ser parte del escenario cotidiano de los chiapanecos.
En Chiapas, desde la perspectiva de muchos la preocupación principal ha dejado de ser el desempleo, porque de una manera u otra los chapanecos se las ingenian para subsistir y hacer frente a esta situación.
Ahora, la principal preocupación es la seguridad, es decir que se pueda salir libremente por la noche a convivir con los familias y amigos sin temor de quedar en medio de un fuego cruzado, o estar en el momento y en el lugar equivocado y que ahora cualquiera está en riesgo de una bala perdida.
Los chiapanecos quieren salir en la carretera y viajar a la hora que ellos requieran, sin tener que estar viajando de día o preguntando en redes sociales y grupos en qué horarios, en qué condiciones son aptas para viajar de una ciudad a otra.
Por ello pues, el clamor es que ojalá sea la seguridad el principal tema en donde habrá de rugir el “Jaguar” y que este muestra la garra y el músculo para devolver a los chiapanecos la paz social y la tranquilidad qué prácticamente ya está perdida.
La apuesta, es que tanto la Fiscalía General del Estado y la nueva Secretaría de Seguridad del Pueblo tengan al frente a los hombres y mujeres con la experiencia y capacitación necesaria para poder corregir esta situación. Algunos apuestan a que en 6 meses se verán los resultados de las nuevas estrategias que implemente el gobierno de Eduardo Ramírez Aguilar.
Sin ser experto en la materia, se puede señalar que si el próximo gobernador logra devolver la paz y la tranquilidad a Chiapas se habrá ganado ya a los chiapanecos, es decir, que la seguridad sea vista e implementada como una estrategia de Estado, y no como una acción meramente propagandista y política electorera.
En Chiapas, hemos visto como la seguridad y la paz social se han venido degradando estos aspectos tan fundamentales para la convivencia social y el desarrollo económico.
Y es que el gobernador electo Eduardo Ramírez Aguilar, ha ponderado la capacidad, profesionalidad y honestidad, ha combinado experiencia y conocimiento, una aleación que fortalece la herramienta de combate a la inseguridad. El equipo designado por el gobernador electo responde a estos imperativos.
El próximo gobernador tiene experiencia en materia de seguridad y fue un secretario de gobierno muy movido, además de conocer el estado a la perfección ya que siempre se ocupó en darle respuesta a la problemática social.
A estas alturas, tiene un análisis exhaustivo de las condiciones de seguridad en Chiapas, su nuevo equipo ya identificó las áreas más afectadas por la delincuencia y las necesidades específicas de la población.
Sabe el gobernador electo que debe establecer canales de comunicación y cooperación con los gobiernos federal y estatal, asegurando que todas las partes trabajen juntas en la implementación de la estrategia, tiene el apoyo y el reconocimiento de la presidenta de nuestro país Claudia Sheinbaum.
El gobernador electo ha instruido al nuevo fiscal Jorge Luis Llaven Abarca, revise el código penal y se eleve a una severa la pena a todo aquel ciudadano que le falte el respeto al policía, además recordó de su ofrecimiento de elevarles el salario y de las becas a sus hijos.
Por todo ello, ojalá la primera acción que se sienta efectivamente sea en materia de seguridad.