Misión ChiaPaz
Todo nuevo gobierno sabe que las primeras acciones –su forma, su naturaleza y la manera en que se cuentan– suelen tener un doble propósito: consolidar el poder y enviar mensajes claros a la ciudadanía, pero también a los adversarios: en el caso de Chiapas es cero impunidad y cero corrupción.
Tener una causa, una misión clara, es esencial para un liderazgo político eficaz. En el caso del gobernador Eduardo Ramírez Aguilar se trata, nada más y nada menos, que de la enorme tarea de pacificar Chiapas.
En menos de 30 días, la nueva era ha movilizado recursos y personas para recuperar territorios y hacer valer el tan llevado y traído Estado de Derecho, particularmente en aquellos municipios que durante tanto tiempo han estado secuestrados, abandonados y olvidados.
Esta misión no sólo articula un propósito, sino que inspira y moviliza. El gobernador lo sabe, por eso, incluso, ha llamado a las comunidades y los pueblos a la sublevación contra la inseguridad, el miedo y la injusticia.
Presenciamos una determinación que, por momentos, nos recuerda a Winston Churchill. Durante la Segunda Guerra Mundial, Churchil logró articular la defensa de la libertad como una misión colectiva, inspirando así a una nación en su momento más oscuro.
El inicio de la nueva era ha sido vertiginoso, tomando decisiones que no sólo están definiendo un estilo de gobernar y una narrativa, sino también, logrando cambios que establecen precedentes, alianzas y conflictos, ecos que resonarán durante el resto del sexenio y quizás más. O no. Ya lo veremos.
ÁGORA
Las rápidas y contundentes acciones en materia de seguridad del gobierno de Chiapas, la buena difusión de estas y la aceptación ciudadana ha llevado a simpatizantes y oficiosos de la nueva era a hacer prematuros apuntes sobre la posibilidad de que Eduardo Ramírez Aguilar se perfile como uno de los gobernadores de Morena con mayor visibilidad y posicionamiento de cara al proceso electoral presidencial 2030.
En la historia contemporánea de Chiapas lo ha intentado Juan Sabines Guerrero y Manuel Velasco Coello, que gastaron fortunas para su posicionamiento nacional, pero que sólo enriquecieron a empresarios de medios nacionales y colaboradores que no escatimaron la oportunidad de enriquecerse a costillas del proyecto del jefe. Hay que tener cuidado con eso, pero no descartarlo, porque si alguien tiene posibilidades reales de formar parte de la terna es el chiapaneco que ya fue presidente del Senado.
CORRILLO
Ningún actor político de Chiapas vinculado al crimen organizado quedará impune, advirtió el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar en su primera rueda de prensa, preámbulo a la caída de mandos policiales y, ahora, del presidente municipal de Frontera Comalapa. Se dice que cayó por corrupción, pero también se investiga por desaparición forzada y hasta homicidios. La pregunta obligada es ¿quién sigue? ¿Acaso Comitán?
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