En busca de alimento, los caninos no domesticados atacan a las especies marinas, sin embargo, aunque se pide a las autoridades hacer algo, los defensores de los animales solicitan sea a través de la vía de la adopción y de la esterilización, ya que los «peludos» también son víctimas
Lucero Natarén / Aquínoticias
En la región Istmo- Costa, en las inmediaciones de Puerto Arista, la irresponsabilidad de la gente de no esterilizar a sus mascotas, y en el peor de los casos decidir abandonarlos en la carretera, ha provocado un aumento de fauna feral, indican visitantes y especialistas de la vida marina.
Los animales ferales, como es el caso de los perros que habitan aquí, desconocen el cuidado humano y no están acostumbrados a su presencia, por lo que pueden comportarse de manera agresiva debido al miedo o al hambre.
Y es que en la zona predomina la cultura de la no esterilización. En su mayoría crían o compran perros para comercializarlos o simplemente para dejarlos en sus ranchos y sean ellos quienes cuiden sus propiedades, es decir, los tratan como objetos.
Algunos sitios donde se ha identificado el peligro son los campamentos tortugueros, ya que mientras existen historias como la que se viralizó hace unas semanas sobre un perro que cuidaba de las tortugas, en el Santuario Playa de Puerto Arista ocurre lo contrario, pues son estos animales los que consumen los huevos de tortuga e incluso se comen vivas a las hembras adultas, ante la falta de hogar y alimentos.
Ante esta situación, los afectados solicitan a las autoridades brinden atención a esta problemática. Las personas defensoras de la vida animal solicitan sea por la vía de la adopción y de la esterilización, ya que los «peludos» también son víctimas, por lo que la eliminación no es una opción
Si bien hay quienes deciden darles un hogar a los perros, estas acciones nobles no tienen gran impacto, si no se hace nada para detener el abandono de mascotas, principalmente de hembras embarazadas o de las crías.
Miguel Ernesto, habitante de Puerto Arista, cuenta que sus hijas querían tener un perrito y aunque pudo buscar lugares donde dieran a alguno en adopción, prefirió ir a la playa y «cazar» a un perrito feral para darle una oportunidad de vida. Tras la atropellada «adopción», Miguel llevó al nuevo integrante de su familia al veterinario para asegurarse estuviera sano y sin pulgas.
Aunque hay finales felices para algunos cachorros como el de este caso, lo cierto es que faltan campañas que promuevan la esterilización, el rescate y la adopción de estos animales, además de leyes que realmente obliguen a los dueños a esterilizar a los animales que acogen en su hogar para impedir la sobrepoblación, lo cual se convierte en un riesgo para las Áreas Naturales Protegidas como lo es el caso del Santuario Playa de Puerto Arista.
Médicos veterinarios de la zona concuerdan en que hacen falta charlas de concientización a la población sobre la tenencia responsable y la importancia de la esterilización, «no sólo de la esterilización de hembras, también de machos, ya que es algo que mucha gente aún no acepta bien».
Los especialistas agregaron que esta es una problemática en la que la sociedad tiene un papel importante para la solución, siendo responsables y contribuyendo al cuidado de sus mascotas. Pues considerando que esta playa es una de las más visitadas por los turistas, aportar para crear una mejor imagen y salud tendría un mejor impacto en concurrencia.
«Quizá no todos los perros que están en la zona de la playa pueden ser adoptados (especialmente los adultos), pero al menos con información importante y un poco de apoyo de campañas de esterilización se puede evitar la reproducción desmedida de los animales y con ello el incremento de fauna feral», concluyeron.
