Personas con discapacidad en Chiapas: una lucha vigente

Mientras las leyes prometen inclusión, la realidad los empuja al autoempleo. Historias de quienes resisten el abandono y encuentran dignidad en su trabajo diario

Aquínoticias Staff

En Chiapas, el 4.63% de la población vive con algún tipo de discapacidad, lo que equivale a 227 mil personas enfrentando no solo limitaciones físicas, sino también el rechazo del sistema laboral. Aunque la ley exige que al menos el 5% de los puestos en empresas y dependencias públicas sean ocupados por personas con discapacidad, la exclusión sigue siendo la norma, empujándolos a la informalidad y la lucha diaria por la supervivencia.

«Dios solo da grandes batallas a sus mejores hombres»

Ángel Pérez, de 53 años, conoce esta batalla desde niño. Con una discapacidad motriz que paraliza la mitad de su cuerpo, ha aprendido que rendirse nunca fue una opción. Originario de Unión Juárez, vende cerillos y rastrillos en las calles para mantener a sus dos hijos. «La inclusión laboral es una barrera, pero no hay que rendirse», afirma, mientras recorre las calles con su mercancía.

«No tiene nada de malo ser diferente»

Francisco Balderas, de 56 años, perdió la vista, pero nunca la determinación. Cada día se sienta junto al Museo de Tapachula a vender billetes de lotería. Con cada venta, sostiene a sus tres hijos y demuestra que la discapacidad no es sinónimo de incapacidad. «Podemos desarrollar habilidades y vencer barreras. Todo está en cómo enfrentamos la vida», dice con orgullo.

«Lo importante es no rendirse»

José Antonio Olivares, de 53 años, nació con una condición que afecta su movilidad. Después de ser rechazado por empresas, encontró sustento como ayudante de albañil y franelero en Tapachula. «Soy jefe de familia y tengo que cumplir con mis responsabilidades. Falta mucha inclusión laboral, pero nosotros no podemos darnos el lujo de esperar», sentencia.

Estas historias son un reflejo de la lucha diaria de miles de chiapanecos con discapacidad. Mientras las políticas de inclusión siguen sin materializarse, ellos siguen de pie, recordándole al país que el trabajo digno no debería ser un privilegio.

Con información de Diario del Sur

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