Por Sandra de los Santos Chandomi
Decía Virginia Woolf que las mujeres necesitamos 500 libras esterlinas y una habitación propia para poder escribir, pero creo que también necesitamos una audiencia: saber que, del otro lado del papel y la tinta, hay un público que nos lee.
En México, como sucede en toda Latinoamérica y el mundo, quienes más leen son las mujeres, pero a quienes están leyendo en su mayoría es a hombres. ¿Cuál es el problema con esto? Que nos seguimos viendo a través de los ojos de ellos. Las escritoras necesitan personas que las lean, pero las lectoras también necesitamos encontrarnos con textos que hablen de lo que nos inquieta y preocupa, que nos reflejen. No somos musas, somos creadoras.
Desde hace un par de años —no sé exactamente cuándo comencé con este ejercicio—, les comparto por estas fechas recomendaciones de libros escritos por mujeres con la clara intención de fomentar la lectura de autoras, la mayoría de ellas latinoamericanas, la mayoría de ellas vivas. Como dice el meme: “los muertos no pagan renta”. Esa “habitación propia” no se paga sola. En la medida en que compartimos y consumimos los productos hechos por escritoras, también ellas pueden seguir viviendo de su oficio y nosotras disfrutando de su trabajo.
Maratón de lectura Guadalupe-Reinas
Aunque estas vacaciones serán un poco diferentes porque tengo trabajo atrasado (carita triste), lo que más disfruto de las vacaciones de invierno es que el clima me permite quedarme en la cama leyendo lo que quiero, sin que necesariamente tenga relación con mi labor académica o periodística. Creí que era la única que tenía este disfrute vacacional, pero acabo de descubrir que es muy común, tanto así que existe un maratón de lectura llamado “Guadalupe-Reinas”, organizado por la agrupación civil Libros before tipos.
El objetivo de este maratón es leer 10 libros durante este periodo de fin e inicio de año bajo premisas que la agrupación va difundiendo. Las premisas ayudan a que nos acerquemos a diferentes autoras y temas que quizá, en otras circunstancias, no lo haríamos. Por ejemplo, este año se fomenta leer un libro de una autora palestina o de ascendencia palestina, uno con temática deportiva, uno decimonónico, uno sobre lectura, otro sobre esperanza ambiental, o uno recomendado por una mediadora de lectura o creadora de contenido. Si quieren conocer todas las premisas y las dinámicas, visiten las redes sociales de Libros before tipos. Este maratón cumple, en 2024, ocho años.
Gracias a algunas de estas premisas, pude acercarme a autoras que no conocía y disfrutar mucho de su trabajo. Algunos de sus libros están en mi lista de recomendaciones de este año.
Recomendaciones 2024
Espero que en este Guadalupe-Reinas se regalen el placer de la lectura y puedan leer al menos uno de estos libros. Por cierto, las recomendaciones no son exclusivas para mujeres: pueden ser ampliamente disfrutadas por ellas, ellos y elles.
Aunque el subtítulo puede ser engañoso y hacer pensar que estos libros fueron editados o leídos este año (aunque varios lo fueron), lo cierto es que elegí la lista pensando en que fueran autoras latinoamericanas y que estuvieran vivas. Los he leído a lo largo de mi vida, y son textos que he disfrutado mucho. Les comparto algo de ese placer:
- Desierto sonoro – Valeria Luiselli
Hay un poema de Ungaretti que dice: “Lento, lento como un ciego me fuiste llevando de la mano”. Esa sensación tengo con la escritura de Valeria Luiselli. Cuando empecé a leer este libro, no me pareció atractivo, pero tampoco tan insípido como para dejarlo. Así que seguí. Cuando me di cuenta, estaba totalmente enredada y fascinada con el texto. Es una novela que habla sobre la migración, la familia, los sonidos y la vida misma. - El fin del amor. Querer y coger – Tamara Tenenbaum
Este libro me lo habían recomendado varias amigas, así que sabía que iba a la segura. Habla sobre el amor romántico y cuestiona cómo nos enamoramos, sobre todo las mujeres. Reflexiona sobre las relaciones monogámicas, el amor en la posmodernidad y el deseo de conectar románticamente con otras personas. - Claves feministas para la autoestima de las mujeres – Marcela Lagarde y de los Ríos
Aunque recomendaría cualquier libro de Marcela Lagarde con los ojos cerrados, les dejo este en especial porque creo que nos habla al oído. Nos hace evidente que muchos de nuestros problemas de “autoestima” no son un asunto individual. No se trata de “echarle ganas” o dedicarse tiempo a hacerse skin care, sino que es un problema colectivo que debe entenderse en el contexto de la desigualdad de género y un sistema que juega en nuestra contra. - Volverse Palestina – Lina Meruane
Llegué a este libro gracias a las premisas de Libros before tipos. Busqué a una autora palestina o de ascendencia palestina y encontré esta serie de crónicas de Lina Meruane, que reflexionan sobre la construcción de la identidad y nos ayudan a comprender que el conflicto en esa región no es reciente. El abuso de Israel hacía las y los palestinos tiene años y ha ido en aumento. Es un libro muy ligero tanto por su extensión como el estilo de escritura, muy recomendable como rito de iniciación en la lectura.
- Un lugar seguro – Olivia Teroba
Teroba se ha convertido en una de mis escritoras favoritas, así que no se extrañen de que en esta lista aparezcan dos de sus libros (y solo porque hubiera sido un exceso no incluí un tercero, jeje). El estilo de la escritora tlaxcalteca es muy personal y reflexivo. De los libros que he leído de ella, este es mi favorito porque su reflexión y autoexploración nos invitan a realizar ese mismo proceso. En este libro empieza a hablar sobre su relación con la escritura, un tema que desarrolla más a fondo en Dinero y escritura. - Dinero y escritura – Olivia Teroba
Creo que las mujeres que de alguna manera nos dedicamos a escribir como oficio podemos espejearnos bien en este libro, que reúne una serie de ensayos sobre lo que le ha significado a la autora su trabajo como escritora. Es un texto que, además de íntimo, resulta revelador para quienes tenemos una relación con la escritura desde un enfoque profesional. - El invencible verano de Liliana – Cristina Rivera Garza
He leído a diferentes autoras que abordan el tema de los feminicidios en sus obras. La mayoría de esos textos me dejaron con un hueco en el estómago y la sensación de que algo estaba mal en la forma en que se trataba el tema. No fue así con este libro de Cristina Rivera Garza. Aunque es un texto doloroso, es profundamente respetuoso. Este libro le mereció a la autora el premio Pulitzer en la categoría de memorias o autobiografía, y con razón: es una obra imprescindible. - Frutos extraños – Leila Guerriero
Es una antología de textos periodísticos de Leila Guerriero: entrevistas, crónicas y reportajes. Me ha tomado un par de años leerla porque lo hago de a poco. Utilizo este libro principalmente cuando tengo que esperar en algún lugar y necesito algo que entretenga pero que no sea muy extenso. Cada texto puede leerse por separado, y cada uno es diferente. Lamento tanto haber perdido este libro junto con toda mi biblioteca de Kindle este año (sigo sin superarlo). - Perras de reserva – Dahlia de la Cerda
Si me leen algunas amigas con las que hablé sobre este libro, dirán que soy una hipócrita. Pero, en mi defensa, debo decir que lo que critiqué de Perras de reserva en más de una conversación fue que considero que le falta más investigación y que llega a caer en estereotipos en la construcción de algunos personajes. Dicho esto, me gusta mucho el estilo narrativo de Dahlia de la Cerda y su estructura narrativa. Así que, por favor, léanlo para que podamos seguir hablando de su trabajo.
10.¿Qué ave será? – Paola Uchello (Silvestre Paola)
Este libro muestra 20 ilustraciones de aves urbanas que pueden observarse en Tuxtla Gutiérrez. Nos ayuda a conocerlas, saber sus hábitos e identificar sus características. Es un texto muy recomendable para las infancias, ya que combina conocimiento con un diseño visual muy atractivo.
Espero que, en estos días de frío —y, ojalá, también de calma—, tengan oportunidad de leer algún libro o texto. La lectura, ante todo, es un placer, y la vida es solo una. No hay que privarnos de los grandes placeres que están a nuestro alcance.
¡Felices fiestas!