Plan Chiapas Transformador / Eduardo Torres Alonso

Así se titula el libro más reciente del senador con licencia Eduardo Ramírez Aguilar, quien, en la actualidad, es uno de los candidatos a la gubernatura de Chiapas. Es una publicación que está a medio camino entre el trabajo académico y la plataforma política. Es testimonio de lo que desea hacer y será documento para evaluar su ejercicio de gobierno, si el voto libre lo beneficia.

Su contenido expresa algunos de los ejes de atención y preocupación no sólo desde la atalaya de la cavilación, sino en el terreno de la generación de diagnósticos y respuestas a problemas públicos. Son ocho los capítulos que integran la obra más un prólogo firmado por la doctora Amanda Úrsula Torres Freyermuth y unas conclusiones agrupadas en la sección denominada “Reflexiones finales”. La doctora Torres al tiempo que presenta la obra, ofrece algunas reflexiones sobre las vicisitudes que tuvo la entonces provincia de Chiapa para que fuera independiente y decidiera su rumbo. Era el tiempo del legendario Plan Chiapa Libre. Legendario porque marcó el destino de un territorio y una población que se abrió camino y encaró su futuro con esperanza. Hoy, es tiempo, lo dice la autora del prólogo del Plan Chiapas Transformador.

Pareciera ser que entre ambos planes hay una línea de continuidad a partir de sus propias naturalezas. Entre uno y otro hubo buenos, malos y muy malos planes y programas de gobierno, así como ejemplares ejecutantes como improvisados. Hay mucho de utopía, cierto, pero los sueños alimentan y tonifican las trayectorias de las mujeres y los hombres que han hecho la diferencia. Esos sueños, no obstante, deben traducirse hechos. Sucedió en el Plan Chiapa Libre, se espera que ocurra ahora.

El capitulado es el siguiente: 1. Nuestra historia: raíces, luchas y heridas; 2. Volver a crecer: recuperar la economía y el bienestar social; 3. Una gran alianza para recuperar el campo; 4. Educación inclusiva, equitativa y de calidad; 5. Paz y seguridad verdaderas; 6. Migración y construcción de la Frontera Sur Industrial; 7. Turismo y medio ambiente; 8. Los pueblos originarios de Chiapas: culturas y lenguas vivas. Legado de identidad y fortaleza, y 9. Reflexiones finales: un proyecto desde Chiapas y para Chiapas.

La agenda de Chiapas es compleja y ningún tema-problema puede estudiarse y menos solucionarse desde la única, solitaria e independiente acción gubernamental. Como lo han dicho con claridad, entre otros, los profesores Daniel Villafuerte y María del Carmen García, en Chiapas conviven todos los tiempos posibles: desde los cacicazgos que se renuevan y profundizan hasta la globalización más acelerada que conecta al estudiante de bachillerato de una ciudad media con el mundo. La pre y la posmodernidad cohabitan en un ambiente en donde se repelen y contradicen, aunque también se necesitan mutuamente. Parafraseando a Gramsci: lo viejo no acaba de morir, lo nuevo no termina de aparecer y, mientras tanto, aparecen los monstruos. O, para decirlo en términos de René Zavaleta, retomado por Villafuerte y García en su libro Avatares de Chiapas. Proyectos, conflictos, esperanzas, es una “formación social abigarrada.”

A eso se enfrenta Eduardo Ramírez Aguilar tanto como candidato en campaña como chiapaneco que piensa los problemas de la entidad. El Plan Chiapas Transformador es un intento por darle orden al abigarramiento, permítaseme el oxímoron. Cada capítulo, a la vez que describe y explica el tema-problema, está acompañado de contexto y datos que ayudan al lector a conocer de mejor manera el diagnóstico que subyace a la reflexión. Hay cerca de 80 propuestas de acción legislativa o ejecutiva, que tienen alcance y dimensión variados: grandes obras de infraestructura, dignificación del servicio público o creación de la fiesta de la chiapanequidad, por ejemplo.

No se trata de un texto autocomplaciente o carente de crítica al estado actual de cosas en Chiapas y en el país. Ni se lee que el gobierno se vuelva omnipotente, aunque tiene un papel central por las capacidades institucionales que posee, lo que no significa que otros actores (nacionales, extranjeros y supranacionales), autoridades (municipales y federales) y ciudadanía no participen en la tarea de gobernar. Existe una idea de gobernanza que atraviesa todo el libro. Habrá que ver, en los hechos, si ese paradigma de la administración pública puede ser aplicado en Chiapas en donde persisten patologías burocráticas. Una de las claves es capacidad y efectividad directiva.

El libro es una invitación colectiva a pensar críticamente en voz alta, a discutir con información, a cuestionar y a disentir, si es el caso. De eso va la democracia. Debe leerse con seriedad porque se trata de la visión de quien puede ser electo gobernador de un estado –y todo parece que así será– que este año conmemora 200 años de haberse federado a México y que, en ese tiempo, a la vez que ha tenido momentos de grandeza y brillo, también ha acumulado carencias, estrecheces y profundas desigualdades.

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