“El período comprendido entre 2015 y 2022 fueron los ocho años más cálidos de los que se tiene constancia desde 1850; el año 2022 fue el quinto más cálido desde entonces. El deshielo de los glaciares y el aumento del nivel del mar, que alcanzó niveles récord, proseguirán durante miles de años”. Así comienza el desolador reporte Estado del Clima Global de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) presentado en la víspera del Día de la Tierra el 22 de abril.
Los glaciares han perdido 30 metros de espesor desde 1970 y el nivel medio del mar a escala mundial aumentó en 2022 hasta alcanzar un nuevo máximo, como lo registraron altímetros satelitales, lo mismo que las concentraciones de gases de efecto invernadero que no paran de aumentar.
El informe es prolijo en datos sobre la catástrofe climática y sus consecuencias: las precipitaciones en África Oriental estuvieron debajo del promedio en los últimos 40 años con 20 millones de personas enfrentando inseguridad alimentaria en esa región; olas de calor sin precedente afectaron a Europa durante el verano con 15 mil muertes asociadas al fenómeno; las inundaciones en Pakistán dejaron 33 millones de personas afectadas y un saldo de 1700 víctimas.
La agencia de Naciones Unidas describe la forma en que el cambio climático afecta a fenómenos de la naturaleza como la floración de los árboles o la migración de las aves y el registro de temperaturas récord en los océanos que captan el 90% del calor generado por los gases de efecto invernadero. Para el Secretario General de la OMM, la concentración de dióxido de carbono (CO2) es tan alta, que “la partida ya está perdida” para los glaciares.
Desafortunadamente este año no parece variar: la agencia de meteorología española estima que esta misma semana las temperaturas escalarán a los 40 grados en regiones del sur del país; por su parte, la nación argentina debe sumar a sus penurias económicas, la falta de ingresos de lo que alguna vez fue su próspero sector agroalimentario, pues su territorio padece la peor sequía en 60 años que se ha visto soliviantada por lluvias recientes, con pérdidas para el sector valuadas en 15 mil millones de dólares.
Más allá de la emergencia climática que agrava tanto la inseguridad alimentaria que padece el 10% de la población mundial, como el desplazamiento y la migración por inundaciones y sequías, la OMM guarda cierto optimismo al sostener que los medios para luchar contra el cambio climático son cada vez más asequibles, ya que la energía verde es más barata que los combustibles fósiles.
Cambiar de paradigmas y propiciar un modelo de desarrollo sustentable, verde e incluyente es urgente.