La semana pasada el Congreso en Estados Unidos aprobó la Ley del Plan de Rescate Estadounidense (American Rescue Plan Act of 2021) que incluye un paquete de medidas económicas y fiscales para apoyar a la ciudadanía de ese país para hacer frente a los efectos de las múltiples crisis derivadas de la pandemia. Entre ellas están los sonados stimulus checks, depósitos de $1400 dólares que se otorgaran a las y los contribuyentes que perciban menos de $75 000 dólares anuales, incluyendo dependientes económicos como estudiantes y personas con alguna discapacidad.
Además, esta Ley incluye fondos millonarios para socorrer a gobiernos locales, seguro de desempleo hasta septiembre y depósitos por cada menor de 18 años, incluyendo nacidos a lo largo de 2021, exenciones fiscales para mantener la nómina en distintos sectores, fondos dirigidos a apoyar restaurantes y bares, así como aerolíneas y otras regulaciones encaminadas a quienes pagan renta o hipoteca. Este paquete de asistencia económica y fiscal es un ejemplo de las medidas que pueden tomarse para afrontar el estado de crisis.
En América Latina, otros países también han apoyado a su población con reducción de impuestos como el IVA en ciertos productos, retrasos en las obligaciones fiscales, así como planes para mantener el empleo a cambio de reducciones en el ISR. La CEPAL hizo un análisis de estas y otras medidas que han servido a los gobiernos de Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Colombia, entre muchos otros, México, sin embargo, no figura entre ellos.
Pero ¿por qué es importante una política fiscal? Para comenzar, es una estrategia que asiste a las políticas económicas a corto plazo, ya que se encuentra ligado a los ciclos presupuestales anuales. Los beneficios son visibles rápidamente, ya que las políticas fiscales intervienen tanto en la asignación de presupuesto, como en la recaudación de impuestos. Esto se traduce en apoyo focalizado para sectores en necesidad, y presupuestos específicos para objetivos específicos.
Para atender sectores económicos que proveen empleo formal a la población mediante políticas fiscales, y enfrentar las necesidades actuales de la población, se requieren proyecciones consientes de los desafíos en los años por venir. Además, en nuestro país, con recaudación muy por debajo del promedio de la OCDE (casi la mitad), en esta crisis sin precedentes, apoyos para el sector popular y la clase media, reestructuración de impuestos indirectos (IVA e ISR) diferenciados y justos, recaudación eficiente, incentivos para formalizar actividades económicas como buenos servicios de salud y protección social –que invierta en un sistema de cuidados−, con perspectiva de género, son discusiones inaplazables.