Por «peligrosa», reforma en Chiapas podria ser impugnada por el INE

«Sin financiamiento público, ¿de dónde va a salir el resto del dinero? (…) Tengamos cuidado. El remedio, cuando es malo, puede ser más caro que la enfermedad», advirtió el consejero presidente, Lorenzo Córdova Vianello

Portavoz Staff

[dropcap]L[/dropcap]orenzo Córdova Vianello, presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), vertió declaraciones en las que apunta la posibilidad de que la reforma al Código de Elecciones y Participación Ciudadana de Chiapas, aprobada por el Congreso del estado el pasado 3 de octubre, pueda ser «tumbada» en las altas esferas políticas.
En entrevista con Luis Pablo Beauregard, del diario El País, el titular de la máxima autoridad electoral de la nación habló acerca de las secuelas políticas dejadas por los terremotos de septiembre. En ese ínter de sucesos, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) propuso ante el Congreso de la Unión eliminar el financiamiento público a las formaciones políticas y reducir la Cámara de Diputados de 500 legisladores a 300 y el Senado de 128 representantes a 64.
Se generaría con esta medida, según el líder priista César Camacho, un ahorro al Estado de 11.619 millones de pesos más de 622 millones de dólares, que podría «destinarse a la atención y reparación de daños ocasionados por los desastres naturales recientes», según la iniciativa.
Córdova Vianello advierte de la impertinencia de la medida que conlleva cambiar las reglas del juego, una vez comenzado el proceso electoral que concluirá el 1 de julio; y que en Chiapas comenzó de manera local, el sábado 7 de octubre pasado.
Para El País, el funcionario rememoró que la última ocasión en la que se reformaron las leyes durante un proceso democrático fue en 1994, ante el contexto del alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el asesinato de Luis Donaldo Colosio, candidato del PRI.
«El cambio sólo debe hacerse cuando haya un consenso unánime de todos los jugadores y cuando sea absolutamente necesario para la viabilidad democrática de las elecciones», añadió. A la pregunta expresa de si «¿Ve la autoridad electoral este escenario tras los seísmos?», afirmó: «La respuesta es evidente: no».
Aunque admitió ser partidario de rebajar el dinero público —»Hemos llegado a unos excesos en los montos que se destinan a financiar la política», declararía—, también enunció: «Hay una sobre reacción. Parece que los políticos están asumiendo un sentimiento de culpabilidad y esta propuesta tiene una buena dosis de demagogia».
En el caso específico de Chiapas, una de las entidades más afectadas por el sismo y donde se aprobó lo propuesto por la bancada del Verde Ecologista de México (PVEM) para eliminar las prerrogativas, Córdova cree que la decisión será impugnada y que el caso llegará a la Suprema Corte de Justicia, que tendrá que decidir sobre su constitucionalidad.
De acuerdo con el diario nacional, el PVEM es un aliado reconocido del PRI, cuya propuesta rompe con la reforma política de 1977 que abrió el sistema de partidos y permitió el crecimiento de la oposición frente al hegemónico; además, permitió la consolidación en 1996, del financiamiento público para competencias más equilibradas y transparentes. Por tanto, aprobar lo que el PRI quiere sería un retroceso.
«No existe la serenidad necesaria ni la frialdad para discutir las reglas del juego. Estamos hablando de reglas de las que depende el futuro democrático y que están siendo replanteadas sin un debate sereno, objetivo y profundo», opinó Córdova.
Reiteró que la iniciativa —por discutirse y aprobarse— abre la puerta para que diversos intereses económicos irrumpan en las campañas de 2018, al estipular que «militantes, simpatizantes o personas morales de nacionalidad mexicana» paguen a los políticos.
«En este país hay muchos dispuestos a financiar la política. Desde intereses criminales a corporativos. Nadie puede negar el riesgo que esto supone… Lo planteo con exceso y mucha preocupación. ¿De veras queremos que el narco financie las campañas?», dijo Córdova.
«Sin financiamiento público, ¿de dónde va a salir el resto del dinero? (…) Tengamos cuidado. El remedio, cuando es malo, puede ser más caro que la enfermedad», concluyó.

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