La violencia de género online afecta sobre todo a mujeres periodistas, que perjudica su salud mental y emocional, provocando que algunas se autocensuren y que otras usen seudónimos para seguir trabajando
Agencia Telam
La violencia de género ejercida a través de las redes sociales afecta especialmente a las periodistas y a mujeres que expresan sus ideas políticas en esos espacios, provocando daño físico, emocional, autocensura, abandono de la profesión, silenciando voces a través del maltrato y afectando al sistema democrático, según advierten organismos internacionales.
Así lo demuestran distintos estudios sobre violencia en línea a mujeres periodistas o que trabajan en medios de comunicación realizados en el último año por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) junto al Centro Internacional para Periodistas (ICFJ, sus siglas en inglés), también por la Federación Internacional de Periodistas, Reporteros sin Fronteras, la International Women»s Media Foundation, y la Relatora Especial sobre violencia hacia las mujeres de ONU, Dubravka Simonovic.
Todos los informes coinciden en que la violencia de género online afecta sobre todo a mujeres periodistas, que perjudica su salud mental y emocional, provocando que algunas se autocensuren y que otras usen seudónimos para seguir trabajando.
Hay profesionales que deciden suspender, desactivar o suprimir sus cuentas en redes sociales. Es lo que hizo con su perfil en Twitter Ofelia Fernández, la legisladora (FdT) más joven de Latinoamérica, luego de múltiples ataques.
Otra dato que aportan las investigaciones es que muchas periodistas abandonan la profesión.
«La violencia en línea contra las periodistas no sólo viola el derecho de la mujer a llevar una vida libre de violencia y a participar en línea, sino que también socava el ejercicio democrático y la buena gobernanza y, por lo tanto, crea un déficit democrático», dice la relatora Simonovic.
Esta violencia se relaciona con la desinformación y la misoginia, responde a motivos políticos, y los ataques violentos son sistemáticos y organizados, son conclusiones comunes de estos estudios.
Y hay coincidencia en que las plataformas de redes sociales no responden aún de manera efectiva.
«Los abusos en línea contra las mujeres periodistas y las mujeres en los medios de comunicación son un ataque directo a la visibilidad de las mujeres y su participación plena en la vida pública».
Dubravka Simonovic
El estudio «The Chilling: Global trends in online violence against women journalists» de Unesco e ICFJ, es el mas reciente y completo, ya que para hacerlo se entrevistó a 901 periodistas de 125 países, entre ellos Argentina.
Allí se lee que «los principales perpetradores de la violencia online son trolls anónimos y actores políticos».
Y sigue: «Los actores políticos fueron las segundas fuentes más señaladas (37 por ciento) de ataques y abusos después de los atacantes anónimos o desconocidos (57 por ciento)», destaca Unesco.
Además concluye que los ataques «no son aislados, son sistemáticos y orquestados».
Esta semana en Argentina, la palabra «petera» fue tendencia en Twitter, relacionada con la actriz y conductora Florencia Peña, en el marco de sospechas instaladas por el diputado nacional Fernando Iglesias (Juntos por el Cambio), que definió como «encuentro sexual» una reunión de la actriz con el presidente de la Nación, Alberto Fernández, para hablar de la situación laboral de personas del espectáculo en contexto de pandemia.
También tuvieron reuniones varios actores, como Luis Brandoni, y empresarios del sector como Adrián Suar, entre otros. Pero no fueron considerados «peteros» ni se habló de encuentros sexuales.
Además, en este contexto, se sumó la tendencia «conchita» en Twitter.
Así decía ser llamado uno de los femicidas múltiples de Argentina, Ricardo Barreda.
En un país con reales y alarmantes índices de femicidios/feminicidio, se elige una palabra que remite a un femicida para seguir violentando a una mujer.
Una violencia que «causa un daño psicológico significativo, especialmente cuando es prolífica y sostenida», señala The Chilling.
La Relatora de ONU revela en su informe que las agresiones a periodistas «suelen ir acompañadas de mensajes machistas, denigrantes y humillantes», algo que no pasa cuando se ataca a hombres.
Otro aporte es una indagación que hizo «The Guardian», que encargó una investigación sobre los 70 millones de comentarios que se habían dejado en su sitio web desde 2006 y descubrió que, de los 10 colaboradores más atacados, 8 eran mujeres, de las cuales 2 eran lesbianas.
En tanto un trabajo sobre el tema de la «International Women»s Media Foundation» y «Troll-Busters» determina que «son las periodistas las que reciben en promedio tres veces más comentarios inapropiados o insultantes que sus colegas hombres en redes sociales y que esa violencia tiene efectos disuasorios, ya que genera autocensura y vergüenza».
«Son las periodistas las que reciben en promedio tres veces más comentarios inapropiados o insultantes que sus colegas hombres en redes sociales»
International Women´s Media Foundation
No hay una única acción para prevenir la violencia de género en entornos digitales, deben ser variadas y coordinadas entre Estado, responsables de las plataformas digitales y medios de comunicación.
En todos los informes se encuentran propuestas al respecto.
Pero nada sirve si seguimos tolerando y fomentando la violencia en redes sociales.
«Los abusos en línea contra las mujeres periodistas y las mujeres en los medios de comunicación son un ataque directo a la visibilidad de las mujeres y su participación plena en la vida pública», afirma Dubravka Simonovic.