Las legisladoras concluyeron que la mayoría de estos certámenes constituyen violencia simbólica
Anayeli García Martínez / Cimac Noticias
Ciudad de México-. Casi un año después de que las diputadas Beatriz Rojas Martínez (Morena) y Frida Alejandra Esparza Márquez (PRD) presentaron dos propuestas para reconocer en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la violencia simbólica y mediática, la Cámara de Diputados aprobó reformas a los artículos 6, 16 Bis y 20 Quater en la Ley General para evitar que las instituciones de gobierno asignen recursos públicos a los certámenes de belleza.
El dictamen, enviado al Senado para su ratificación, define la violencia simbólica como la «expresión, emisión o difusión por cualquier medio, ya sea en el ámbito público o privado, de discursos, mensajes, patrones estereotipados, signos, valores icónicos e ideas que transmiten, reproducen, justifican o naturalizan la subordinación, desigualdad, discriminación y violencia contra las mujeres en la sociedad».
Las legisladoras concluyeron que la mayoría de los concursos de belleza constituyen violencia simbólica. Así lo documentaron después de realizar una mesa de trabajo con promotoras de estas competencias y luego de analizar las convocatorias de 44 concursos, algunos patrocinados por gobiernos locales, por medio del presupuesto asignado a la partida «Recreación, cultura y otras manifestaciones sociales».
Las diputadas encontraron que en concursos como Miss Petite Universe Aguascalientes, Reina del Municipio de Colima, Señorita Turismo Región de los Altos (Jalisco), Reina del Carnaval de Mazatlán (Sinaloa) o Mexicana Universal pueden generar una plataforma de empoderamiento y desarrollo social para las participantes, pero también son discriminatorios porque exigen a las concursantes tener medidas determinadas, no estar casadas, no ser madres ni estas embarazadas, y tener belleza de cuerpo y rostro, lo que es subjetivo.
Es por esto que el dictamen aporbado reconoce que existe violencia simbólica en los concursos, certámenes, elecciones, competencias y cualquier otro tipo de eventos que promuevan estereotipos de género y, con base en los mismos, evalúen de forma integral o parcial la apariencia física de mujeres, niñas y adolescentes.
La reforma también menciona que las instituciones públicas no podrán asignar recursos, publicidad oficial, subsidios, ni cualquier tipo de apoyo económico o auspicio público a la realización de estos eventos.
Previo a la aprobación de esta reforma, en julio de 2020, la ganadora del certamen Miss Universo, Guadalupe Jones Garay, expuso ante las diputadas que los concursos de belleza promueven el desarrollo humano, son plataformas para las mujeres, coadyuvan a promover el turismo y además posicionan al país como un área de inversión.
A su vez la deportista y activista por los derechos de las personas con discriminación, Karen Pamela Rocha Ruiz, expuso que por medio de estas competencias se conoce la cultura del país y los cursos de belleza dirigidos a mujeres con discapacidad fomentan la igualdad de oportunidades y derechos, y empoderan a las mujeres.
Sin embargo, en la mesa de trabajo con legisladoras, la investigadora y académica de la UNAM, la doctora Aimée Vega Montiel, argumentó que los concursos de belleza promueven la discriminación, son base de la violencia contra las mujeres y alientan estereotipos sexistas. Además, advirtió que se ha documentado el vínculo entre estos certámenes y las redes de trata y tráfico sexual, ya que se usan para reclutar jóvenes para la trata y sirven a grupos criminales para lavar dinero.
Después de escuchar los argumentos y documentar el tema, la Comisión de Igualdad de Género determinó que estos eventos exhiben a las mujeres mediante patrones socio-culturales. Además indicó que la violencia simbólica es mucho más difícil de erradicar debido a la dificultad para identificarla y nombrarla. Según este análisis esta violencia se caracteriza por:
— No usa la fuerza ni la coacción
— No se percibe de forma clara
— Legítima el poder simbólico
— Cuenta con la complicidad no consciente de quien la recibe
— Reproduce estereotipos de género y refuerza relaciones de dominio-sumisión
— Los pensamientos, mensajes, imágenes y conductas son los mecanismos que utiliza la violencia simbólica para excluir, mediante la humillación y la discriminación, a quienes no se ajustan a los estereotipos que reproduce
— Genera desigualdad de género, pero también fomenta la discriminación hacia grupos indígenas, personas adultas mayores, migrantes y grupos de la diversidad sexual
— Limita el desarrollo de las personas
La reforma, aprobada con 444 votos a favor, dos en contra y siete abstenciones, también define la violencia mediática, como «la expresión a través de cualquier medio de comunicación de contenidos que, de manera directa o indirecta, promuevan estereotipos de género, así como la humillación, explotación, degradación, desigualdad, discriminación, o cualquier forma de violencia contra las mujeres».