Diferentes colectivas feministas pidieron al Ayuntamiento medidas de seguridad y cambiar el reglamento de los bares y discotecas
Sandra de los Santos / Aquínoticias
«La noche es nuestra» decía una lona colgada en el puente de colores de Tuxtla Gutiérrez y que estuvo ahí por más de 24 horas como parte de una campaña que impulsaron colectivas feministas que buscan visibilizar la inseguridad para las mujeres en los bares y discotecas.
Como parte de las actividades este martes 22 de marzo difundieron en diferentes redes sociales el vídeo en el que colocaron la manta así como un pronunciamiento en el que denuncian la falta de seguridad con perspectiva de género en los centros nocturnos.
Hace unos días diferentes colectivas feministas señalaron, que ante los casos de denuncia pública en contra de establecimientos nocturnos de diversión, sobre las nulas condiciones de seguridad que ofrecen a las mujeres demandaron tanto al gobierno municipal de Tuxtla Gutiérrez como al Congreso del Estado hacer modificaciones a la legislación vigente para garantizar que estos espacios sean libres de violencia.
Las colectivas feministas realizaron un análisis de los reglamentos y la legislación que regula a los espacios en los que se vende alcohol, y consideraron grave que no se considere la prevención de la violencia hacia las mujeres y la atención a víctimas.
Pidieron la modificación del Reglamento de verificaciones y clausuras en el municipio de Tuxtla Gutiérrez (2019) por parte de su Comité Dictaminador para que se aplique la perspectiva de género y se regularice la prevención de la violencia hacia las mujeres, así como la atención a las víctimas de esa violencia.
En el documento enviado se enumera nueve puntos que debe de cumplir dicho reglamento para que tenga esta perspectiva de género que demandan los colectivos feministas.
Al Congreso del Estado se le demandó que se tipifiqué la sumisión química como agravante en casos de abuso sexual, violación y feminicidio dentro del Código Penal. La sumisión química ocurre cuando se anula la voluntad de la víctima mediante fármacos, drogas o alcohol adulterado. Se distingue del estado de alteración voluntaria, ya que en este último caso la ingesta de sustancias ocurre con consentimiento de la víctima.También pidieron que se modifique la Ley con el fin de ser más severos para castigar la venta de alcohol adulterado.
