Prueba PISA, retroceso y estancamiento / Claudia Corichi

El Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos de la OCDE (PISA por sus siglas en inglés) fue desarrollado entre 1997 y 1999 y aplicado por vez primera en el año 2000 con la colaboración de los países miembros, entre ellos México. Busca conocer las habilidades y aptitudes de infancias y adolescencias para resolver problemas complejos, pensar críticamente y comunicarse de manera efectiva.

Pone el énfasis en evaluar la formación de los alumnos cuando llegan al final de la etapa de enseñanza obligatoria a los 15 años. En la primera prueba participaron 32 países y en la más reciente de 2022 el número se incrementó hasta 81, de los que 38 son miembros de la OCDE. En estricto sentido la comparación debe hacerse entre estos últimos; México ocupa la antepenúltima posición de los países pertenecientes a ese organismo.

El reporte publicado ayer originalmente debía presentarse en 2021 pero se retrasó un año por la pandemia; aun con el cierre de escuelas, los datos levantados aquí se consideraron aptos. Los estudiantes mexicanos han bajado 14 puntos en matemáticas respecto a la edición anterior de 2018 hasta quedarse en 395. Han retrocedido cinco en comprensión lectora (en un país que se lee en promedio 3.4 libros al año) y nueve puntos en ciencias para ubicarse en 410.

La evaluación 2022 se centró en matemáticas, con lectura y ciencias como materias menores. En la primera las puntuaciones son las mismas que las observadas en 2003, hace veinte años, lo que muestra un claro retroceso. Esto no es casualidad: existe falta de apoyo institucional incluso para participar en certámenes como la Olimpiada de Matemáticas de 2019 en Sudáfrica cuyos boletos de avión financió el cineasta Guillermo del Toro.

En cuanto a las diferencias de género en el desempeño, los resultados concluyen que en este país los niños superaron a las niñas en matemáticas por 12 puntos, mientras que las niñas superaron a los niños en lectura por 8 puntos. Entre 2012 y 2022, el rendimiento en matemáticas disminuyó en un grado similar entre ambos. La medición se aplicó a 6 mil 288 estudiantes en 280 escuelas, lo que representa alrededor de 1.4 millones de alumnos de 15 años (64% de la población total de esa edad).

El informe reconoce que el gasto en educación está relacionado con el desempeño estudiantil sólo hasta cierto punto. Entre los países cuyo gasto en educación fue mayor entre menores y adolescentes de 6 a 15 años, se obtuvieron altas puntuaciones en la prueba de matemáticas. Mientras que el promedio de gasto en las naciones evaluadas fue de 75 mil dólares, en México el gasto por estudiante equivale a 29 mil dólares.

Durante el aprendizaje remoto por la pandemia, el 36% de los estudiantes mexicanos tuvieron problemas al menos una vez a la semana para comprender las tareas escolares y el 28% de los estudiantes para encontrar a alguien que pudiera ayudarlos con esas tareas. Es probable que la caída de los resultados pueda deberse al largo confinamiento del sistema educativo nacional por el COVID.

México destina el 2.9% del PIB a la educación, una cifra que aun se encuentra lejos del 8% que dispone el artículo 119 de la Ley General de Educación y por debajo también del apartado 4 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que señala entre 4% y 6%.

La educativa es una agenda fundamental en el progreso de una sociedad. Las conclusiones de PISA muestran lo mucho que falta por hacer y la responsabilidad compartida.

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