Qué más pue… / Carlos Coutiño

Día contra la lucha de zonas áridas

De acuerdo a datos estadísticos, un promedio de mil 500 millones de personas en todo el mundo viven en tierras que están en proceso de degradación, y casi la mitad de los habitantes más pobres del planeta (un 42%) sobreviven en zonas ya degradadas. 

En México, las zonas áridas están en la parte Norte, sin embargo como van las cosas, Chiapas ya tiene alguna región y aunque no sea parte árida, lo cierto es que la población está acabando con su vegetación, para poder construir viviendas, ya que consideran una especie de modelo económico como empresas.

Este es el gran problema de la degradación de las tierras, el cambio de uso de suelo, que pasa de ser hábitat a zona ganadera y en otras ocasiones en zona de cultivo, lo peor, es cuando esas áreas dejan de ser lo que son para convertirse en centros habitacionales, con un daño fuerte en contaminación y deforestación.

Veamos cómo hay viviendas en la parte norte de Chiapas por ejemplo, hay poblados que están en las faldas de los cerros y el problema es que hay deslaves y eso es un riesgo latente, que puede terminar en la muerte de las personas, más allá de lo material.

Datos estiman que en 2020 unos 60 millones de personas emigrarán desde las zonas desertificadas del África subsahariana hacia África del Norte y Europa, pensemos que ocurre en México, la muestra es que hay organizaciones defensoras, acusando y señalando de la intromisión de las mineras.

En 1994, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 17 de junio como el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía (resolución 49/115) para fomentar la conciencia pública sobre el tema, así como también la puesta en acción de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CNULD) en aquellos países afectados ya sea por graves sequías, por desertificación, o por ambas.

PAPÁ

La sociedad en una actitud errónea, ha hecho que a los padres se les vea como los malos de la película, más allá de que si cumplen o no con una pensión o que si quieren o no a sus hijos, aquí el tema, es el que se ha insistido mucho en que hay que condenarlo por el solo hecho de ser masculino.

Ese es el tema, pues hay padres que son responsables, que cumplen y que logran mucho, pero se generaliza y es ahí donde se daña no solo a la persona, sino a la familia que es el núcleo de la sociedad, siendo el más afectado los hijos y aquellos que son de edades cortas.

De acuerdo a la nueva ley entre ellas la denominada Vicaria, en efecto, hay un tema que hay que reseñar, porque se dice que los papás hablan mal a sus hijos de las mamás, pero la realidad es que son más casos de ellas hacia ellos.

Incluso, se ha observado por parte de abogados, como ellas solo utilizan a los hijos para dañar a los padres, no porque quieran matarlos, si no se convierte en una venganza, porque ellos fueron infieles, porque son «mameros» o cualquier otro factor, en ellas hay un odio feroz que termina por dañar a sus mismos hijos.

No se trata de que perdonen y sigan, se trata de acordar y no reflejar lo que ahora vemos en los hijos, según los psicólogos, los hijos presentan traumas por las agresiones y gritos, pero la separación es tan dañina como las otras dos mencionadas.

En datos de la UNAM, dice que los papás,  «hoy tenemos la gran responsabilidad familiar de reeducarnos y construir la paternidad de diferente forma, más igualitaria y participativa en el ejercicio, y en común acuerdo con los hijos y la pareja», asegura el académico de la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM, Erik García Estrada.

Con base en datos del Censo de Población y Vivienda 2020, en México había 44.9 millones de hombres de 15 años y más, 21.2 millones de ellos (47 por ciento) se identificaron como papá de al menos una hija o un hijo que reside en la misma vivienda.

El Día del Padre en nuestro país se celebra el tercer domingo de junio, efeméride que comenzó en 1950 solo en centros escolares y después se generalizó. Se trata de un reconocimiento a la importancia de esta figura en el ámbito familiar; su origen se remonta a 1910, en Washington, Estados Unidos.

El universitario apunta en entrevista que en la actualidad esta figura representa diferencias: son tiempos donde se tiene una participación mayor a partir del proceso del embarazo, el cuidado, crianza y educación de los hijos; la cercanía emocional y afectiva y el contacto físico. También más mujeres aportan al gasto familiar. “Además, los temas de masculinidad nos permiten construir una paternidad diferente”.

Ello responde a la demanda que tenemos, es decir, educarnos también en la atención a la salud y, sobre todo, en el apoyo continuo hacia la familia. En suma, la posibilidad de ser una imagen con la cual puedan identificarse hijas e hijos, estar presentes, amarlos.

García Estrada descarta que sea imposible alcanzar la igualdad en el vínculo emocional con los hijos, aunque han sido años de desigualdad. Se requiere de políticas y estrategias que sensibilicen a los varones para adoptar ciertas enseñanzas y aprendizajes, incluso desmitificar cuestiones que han sido una losa.

La figura paterna de hoy tendría que relacionarse por igual en la propia planificación familiar, pensar el número de descendientes, así como participar en las actividades cotidianas, apunta el docente universitario.

“Es importante romper estigmas y estereotipos construidos sobre la figura paterna como la cabeza visible del grupo familiar que da sustento, protección y seguridad”. Los tiempos exigen tratar de desnaturalizar y luchar contra la violencia de género, sugiere.

El universitario precisa que también depende de los niveles educativo y de ingresos, zona geográfica donde se habita, así como el contexto social o comunitario en el que se desarrollan los padres y las familias para entender y trabajar en procesos de cambios individuales y sociales.

Además, efectúan acciones de trabajo con varones en los espacios universitarios para ofrecer estrategias y modelos vinculados a nuevos ejercicios de paternidad, reeducativos, que obedezcan a nuevas transformaciones, así como para abordar asuntos como los sentimientos, la paternidad y las responsabilidades que tenemos, finaliza.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *