Alianza de ficción
El proceso interno de selección de candidatos en el Partido Acción Nacional (PAN) no refleja el verdadero significado de lo que es este instituto político. ¿Dónde quedó el espíritu libertario del que hablan? que el centro es el único camino, donde no hay paso ni a la derecha ni a la izquierda.
Hoy no caben ni Medina Placencia ni Maquío ni muchos más que han sido base del panismo a nivel nacional, donde esta fuerza de hombres y mujeres que lucharon por esos ideales de no compromisos con la política neoliberal o enemigos de México como también les llamaron.
Es claro que a nivel nacional es la determinación que las cúpulas deciden como una burla a la decrépita democracia y a una sociedad que no responde más que a sus propios intereses al aceptar la venta de su voto a cualquier precio.
A nivel nacional entonces el candidato se expone saldrá del PRD, porque las componendas ya están dadas; el PRI ha gobernado y el PAN también, es el momento del sol azteca según ellos. También ya fue y pasó el momento de Morena, después ya verán a quién ceder el paso para la primera magistratura.
En Chiapas, sólo se reciben órdenes y en pocas ocasiones se determinan cosas aquí. No se requiere ser radicalista para no aceptar a personas de la sociedad civil y peor aún de otros partidos políticos que han sido enemigos ni siquiera del panismo, sino de México han dicho los del blanquiazul.
Pues bien, recordemos aquel PAN que con decoro realizaba sus asambleas llenas de vigor, decidían por uno de ellos que se rajaba en la calle haciendo campaña, de alguien que buscaba desde dentro para ponderar al blanquiazul a pesar de la avasalladora caja de dinero para un voto a favor del PRI en Tuxtla y Chiapas.
Donde quedó Valdemar Rojas López quien casi pierde la vida en San Juan Chamula por invitar a sumarse a este partido dejando al PRI, donde quedó el primer presidente del PAN en Tuxtla con sus obras, qué decir de la primera mujer que iluminó a la capital y se enfrentó contra empresarios y el gobernador Pablo Salazar y mostró su músculo panista por la ciudad.
Francisco Rojas Toledo también ocupó la presidencia, al igual que Enoc Araujo Sánchez; si han gobernado 4 en total, entonces significa que pueden y tienen con qué, que hay gente panista con criterio, decisión, fuerza, entereza, que son honestos y por ende, no hay por qué voltear hacia afuera.
Vale la pena recordar a Juan Carlos Cal y Mayor Franco quien en efecto nació en el PRI y junto a la organización juvenil buscó y peleó por ser candidato del PAN; convenció y ganó en el primer round. El golpe final fue que nunca se había aceptado a un externo y aunque era excelente no podía pasar, fue en el hotel de Rómulo Farrera dicho evento.
Había que afiliarse, lo hizo tiempo después y ganó no sólo una diputación, también ganó espacios para su partido en las administraciones siendo secretario en dos ocasiones; el principal sin duda fue Relaciones Exteriores y la no menos importante Coneculta.
Entonces, qué pasa en el PAN, que tanto han defendido su ley de no externos y ahora buscan no sólo alguien de fuera sino de partidos contrarios que ellos mismos han descalificado con altavoces desde el propio partido hasta en marchas y usando en ocasiones la tribuna del Congreso del Estado.
En esta alianza con el PRI y el PRD, quizá la menos afortunada es el primera; del sol azteca ni se habla y no tiene representación en las principales ciudades.
Es claro que el proceso electoral de este 2021 no es por la democracia, no es por Chiapas y, menos por el país, es para mantener hegemonía como siempre, ante una sociedad sin memoria, sin interés y doblegada mentalmente por los grandes que no son más que los empresarios y políticos.
Violencia femenil
La violencia hacia las mujeres en particular se debe a que se cree que no tienen oportunidades o que son débiles y que tienen que aceptar las condiciones no de un hombre, sino de cualquier ser humano.
La detención del llamado «Gober precioso» y lo sucedido en Chiapas con el caso Mariana muestran que quienes cometen este ilícito tienen un problema de misoginia y que por su propia debilidad crean estos escenarios para hacer y deshacer en contra de las mujeres, como el caso de Lidya Cacho y de Mariana.
En el primero, Puebla se enmarcó en la denuncia de la periodista de una impresionante red de pornografía infantil y juvenil, lo que provocó la furia de empresarios y el entonces gobernador, quien se sentía todopoderoso.
En el segundo caso, en el caso de Mariana, quien denunció abuso y acuso de un colega, pero nadie le hizo caso y hoy nada puede hacer porque la encontraron sin vida; al feminicidio se suma la violencia institucional, ya que tanto la Universidad como la Fiscalía dicen desconocer las acusaciones.
¿Por qué ellas son las que sufren violencia y muerte? La mayoría de las mujeres sufren violencia en un 75% de algún tipo por un hombre o una mujer, en este último en el contexto laboral; de ese 75% un 10 por ciento termina muerta, según estadísticas insuficientes, ya que no todos los casos son investigados y tipificados como feminicidio.
La violencia y asesinatos a las mujeres no debería ser normal, pero lamentablemente es algo común y se ha convertido en el pan de cada día, por lo que urge trabajar en un proceso de educación para generar una cultura de respeto, no sólo a las mujeres sino al ser humano, pues se está violentando en todos lados y contra todos.