Que mas pue… / Carlos Coutiño 

Semarnat, en manos del PVEM

[dropcap]U[/dropcap]n médico le informa a su paciente, que, debido a los factores de su diabetes, es necesario amputar la pierna, las ulceraciones en los pies es tan delicado que no hay otro camino, la gangrena está a punto de aparecer en cuestión de tiempo, incluso se dijo que ese paciente presenta antecedentes personales de amputación previa, retinopatía proliferativa, osteomielitis y, de forma independiente, la presencia de vasculopatía e infección grave.
El paciente se resiste y considera que debe de consultar otros médicos, que incluso es posible salvar la pierna, porque de manera física no hay algo que le induzca a ver la necesidad de amputar.
Muchas voces salen con una forma distinta, pero todas coinciden en esa necesidad, o la pierna o la vida; un golpe muy duro para el enfermo, pero el deseo de vivir en un momento dado, es de manera completa, en otras quizá acepte la amputación.
Finalmente, con gran dolor concede esa opción, porque sabe que su familia lo quiere vivo y él también quiere vivir, poco a poco irá a terapias de autoestima, podrá contar quizá con algún apoyo para una prótesis y hacer o intentar hacer una vida normal, aunque tendrá que acostumbrarse a ello.
Esta versión de vida de cualquier ciudadano, se representa en la política y en el México actual; el médico por llamarlo así es Andrés Manuel López Obrador, el paciente somos todos y la diabetes es la corrupción, la familia es eso, la familia de cada uno de nosotros en particular los hijos.
Vamos por partes, Obrador realiza una operación contra la corrupción, donde se involucra a muchos ciudadanos con poder, entre ellos periodistas, empresarios, políticos, funcionarios, ciudadanos en común y hasta delincuentes bien organizados de talla internacional.
Nosotros estamos acostumbrados a vivir en la corrupción, de una u otra forma nos da miedo el cambio, no sabemos cómo afrontar lo que nos duele, todos queremos que haya un cambio, pero que nos dé la oportunidad de continuar con las limosnas llamadas oficialmente programas de gobierno.
Es decir, queremos vivir bien, sin que nos amputen esos programas, pues una gota de dinero, nunca está demás, sin embargo, no queremos que nos pidan chayo, sobornos etcétera.
En síntesis, para que México pueda vivir, es necesario amputar la corrupción en todos los niveles, aunque doloroso, porque significa perder beneficios, ejemplo chayo para periodistas, payola para las radios, entrega de recursos a dirigentes que se enriquecían a costa de sus afiliados, de políticos con empresas fantasmas y muchos más.
Hoy nos duele esa amputación, porque es de una u otra manera directa, pero al final aprenderemos a caminar sin esa pierna corrompida, con una prótesis que hará que la vida tenga sentido, donde la educación sea eso, una real educación; no un solo salón donde se aprenda como sea y se pase el tiempo y de ciclo escolar.
En los hospitales donde el juramento hipocrático sea público, obligatorio, que lo hacen las personas que se gradúan en las carreras universitarias de Medicina. Tiene un contenido de carácter ético, que orienta al médico en la práctica de su profesión. Pues bien, cumplirlo a cabalidad.
Donde los medios de comunicación cumplan con su función de generar discusión con resultados siempre en el bien común, donde los líderes solo sean como un inicio del camino, sin beneficiarse ellos mismos y sus familias.
Donde el maestro y el sacerdote se vuelvan a convertir en los apóstoles de la educación y de la moral, donde los políticos hagan esa política sinónimo de la solidaridad, de hermandad, de la defensa del más necesitado, de la gobernanza, incluso porque no decirlo, de la cristiandad.
Nos duele tanto que Obrador no responda a necesidades particulares, incluso que puede estar afectándonos; pero que se sabe que al final, será lo mejor, para que las nuevas generaciones tengan calidad de vida.
No se niega la posibilidad de que haya errores y al puro estilo del IMSS, en vez de amputar esa pierna enferma, amputen la pierna buena, sin embargo, vale la pena correr el riesgo y evitar que los narco políticos, vuelvan a gobernar, porque entonces no habrá mejoría, sino todo empeorará.

La única lectura del porque Manuel Velasco, llega a SEMARNAT, la tiene el propio López Obrador; sin embargo, hay que ver la lectura desde varias perspectivas, una de ellas es el hecho mismo de que quien se va es familiar de Velasco Coello, don Patrocinio y doña Paty representan mucho para el güerito, solo hay que recordar cuando el ahijado de Manuel, Fernando Castellanos intentó quitar el monumento de don Salomón González, se armó de todo y se hizo nada.
Pues bien, quizá va más allá de que la señora no pudo o que vio otros intereses, en definitiva, no se puede hablar de mejoría, pero sí de reacomodos, Velasco no funcionó en el Senado, ahora quizá pueda verse en el umbral de la sociedad y medios, como ocurrió cuando fue gobernador.
Por otra parte, no se descarte como delegado en Chiapas o en otro lado a Castellanos Cal y Mayor de la SEMARNAT, así como otros funcionarios que no fueron requeridos por el actual gobierno del estado, así que las cosas vienen duras, pues todos piensan en el sexenio siguiente, no en la mejora al pueblo.
Velasco Coello, será sin duda un alfil de su grupo, donde incluso no debe descartarse que esté pensando en familiares y amigos poderosos para incrustarlos en la palestra política, entre ellos el hijo de Juan Sabines, su ahijado; el joven no se puede culpar de nada, pero será la pieza como otros, para intentar gobernar en Chiapas y seguir adelante en sus acciones de saqueo.
Incluso, aquí podrá volar muy alto Carlos Morales, actual edil de Tuxtla, quien ha logrado estar en el poder gracias a Manuel, primero como funcionario de la SEMANH y luego en la presidencia para cuidar las espaldas de Castellanos.

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