A Andrés N, de Tonalá, se le encontró culpable del abuso de una menor de 11 años de edad, por lo que se encuentra en prisión, sin embargo, un juez lo busca liberar por ser «buena persona»; activistas y víctimas piden que permanezca lejos de las calles
Lucero Natarén / Aquínoticias
Andrés N ingresó a prisión desde hace tres años por el delito de pederastia contra una menor de edad en la ciudad de Tonalá, Chiapas; sin embargo, familiares del imputado buscan liberarlo, lo cual, despertó la inconformidad de colectivas feministas, activistas y familiares de la menor víctima de este agresor sexual.
De acuerdo con lo publicado por la Colectiva Feminista Mar Violeta y denunciado por los familiares de la menor agredida, el caso no ha sido llevado con perspectiva de género, sino que el proceso parece favorecer al agresor, lo cual lo pone con un «pie fuera de la cárcel».
Este lunes familiares de la víctima con Carpeta de Investigación 073/2019 y la Colectiva Feminista Mar Violeta acudieron a los Juzgados de Control y Tribunales de Enjuiciamiento en Tonalá para exigir justicia para las víctimas de Andrés N.
En conferencia de prensa, la mamá de la víctima indicó que este lunes tenían audiencia, sin embargo, en ningún momento les notificaron a ellos que se suspendía, únicamente le avisaron a los familiares del agresor. Señalaron al juez de control Enrique Jorge Madrid Arriaga de favorecer en todo momento a Andrés N, pues cuando hay audiencias a los familiares de la víctima no les escuchan.
Las víctimas y sus familiares temen que liberen al agresor, asegurando que lucharan para que eso no suceda, pues estarían en peligro más menores de edad.
Por otro lado, a través de su página de Facebook la Colectiva Feminista Mar Violeta denunció públicamente a este hombre por tres casos más, donde tres mujeres indican haber sido víctimas de este pederasta cuando apenas eran unas niñas y adolescentes.
El primer caso es de una pariente del agresor, quien asegura fue sometida a tocamientos sexuales cuando apenas contaba con cinco años de edad, agresiones que duraron por dos años.
«Nunca le conté a nadie por miedo a que me regañaran o se enojaran conmigo, él me manipuló de tal manera que era lo único que yo podía pensar».
A los 11 años edad, narró, el señalado intentó agredirla cuando se encontraba afuera de su domicilio. «me arrinconó a la pared y me dijo que me iba a cargar, en ese momento le advertí que si me hacía algo iba a gritar y me dejó en paz».
Tras saber que su familiar había sido procesado y encarcelado por el ataque a otra niña, la ahora joven, con el apoyo de sus familiares más cercanos, intentó denunciar, sin embargo, las autoridades solo le contestaron que «el delito ya había caducado». -la joven no dudó en hacer público el caso para que el agresor sexual no vuelva a tener libertad-.
Expresó que no puede dejar de pensar que con seguridad hay más víctimas como ella, pues él fue profesor de educación física entrenando niñas y niños en el pentatlón de Tonalá, entrenaba equipos de fútbol y trabajó en el DIF de Tonalá.
Otras víctimas
Otra mujer, quien prefirió el anonimato, víctima de Andrés N, narra lo siguiente: «Cuando tenía la edad de 6 años abusó sexualmente de mí hasta los 8 años. Cuando tenía 14 años, lo volví a ver y trató de abusar de mí. Gracias a él, he tenido ataques de pánico, ansiedad, duermo poco. No merece salir a la calle como (si fuera) una persona buena» (sic).
Por otro lado, y así como lo había inferido una de las víctimas del agredido, Andrés N aprovechó su posición como maestro del pentatlón de Tonalá para agredir a otras mujeres: este es el caso de otra mujer tonalteca, que a pesar de haber pasado 13 años del asalto sexual del que fue víctima, sigue sintiendo asco.
Cuenta que cuando tenía 15 años de edad, mientras estaba en pentatlón, Andrés ganó la confianza de sus padres para llevarla a competir en unos juegos locales; el agresor se las arregló para que viajaran solos y que mientras se hospedaron en el supuesto cuarto de un familiar de él, él aprovechó para agredirla bajo el argumento de darle un «masaje».
«Esa noche solo me tocó, después nos dormimos y me enrollé en mi propia sábana con esperanza de que no abusara de mí, durante la madrugada intentó abrazarme y me ponía cerca su miembro. Yo solo quería irme de ahí, pero sabía que no tenía a dónde ir y no conocía San Cristóbal».
Al respecto de la probable liberación de Andrés N indicó: Desafortunadamente sé que hay más niñas que fueron de una u otra manera manipuladas, asaltadas o abusadas por Andrés. Ojalá la justicia haga su trabajo.»