Anuncios disfrazados de oportunidades laborales esconden una realidad oscura. Se trata de una táctica de los cárteles mexicanos que buscan atraer a guatemaltecos con experiencia militar para ser parte de sus tropas, revelaron autoridades guatemaltecas
Aquínoticias Staff
En la tranquilidad aparente de comunidades guatemaltecas, anuncios de trabajo han comenzado a aparecer. No se trata de ofertas comunes; estos anuncios, disfrazados como oportunidades en empresas de seguridad privada, esconden una realidad oscura y peligrosa. La Policía Nacional Civil (PNC) de Guatemala ha identificado una nueva táctica de los cárteles mexicanos, que buscan reclutar a guatemaltecos con experiencia militar, especialmente a exkaibiles y kaibiles en activo, para sus actividades ilícitas.
Estos anuncios, distribuidos tanto en redes sociales como en volantes, prometen empleos lucrativos con salarios que oscilan entre siete mil y diez mil quetzales mensuales (16,500 a 25,000 pesos mexicanos). Sin embargo, lo que en un principio parece ser una oferta de trabajo legítima, pronto revela su verdadera naturaleza: una oferta para unirse a las filas de organizaciones delictivas.
Belteton Helver Saia, exjefe de la Subdirección General de Análisis e Información Antinarcóticos de la PNC, compartió en una entrevista con El Sol de México que aquellos que rechazan la oferta son muchas veces obligados a unirse bajo amenazas de violencia, tanto hacia ellos como a sus familias. Para muchos, la promesa de un salario superior al que podrían ganar como policías en Guatemala es difícil de resistir, incluso cuando saben que podría costarles la vida.
El impacto de este reclutamiento forzado es evidente. La mayoría de los reclutados nunca regresa; desaparecen en enfrentamientos o son asesinados por grupos rivales. Un trágico ejemplo se dio el 29 de junio, cuando las autoridades de Chiapas encontraron 19 cuerpos en una ruta de terracería cerca de La Concordia, Chiapas. Días después, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, confirmó que entre los fallecidos había guatemaltecos, víctimas de un enfrentamiento entre cárteles.
El problema es más profundo que los enfrentamientos aislados. Los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG) están en una lucha constante por el control de la frontera entre México y Guatemala, una ruta crucial para el tráfico de drogas desde América del Sur. El gobierno guatemalteco ha respondido desplegando fuerzas especiales en el Triángulo Dorado de la Amapola, una zona clave para el cultivo de amapola, utilizada en la producción de opio y heroína. Sin embargo, esta respuesta militar apenas araña la superficie del problema.
La DEA ha señalado que la producción de amapola en esta región es una de las pocas opciones económicas para muchas familias, quienes venden la goma de opio a los cárteles mexicanos. La colaboración entre los cárteles y grupos locales, como los Huiscas, ha facilitado la producción y tráfico de drogas, complicando aún más la situación.
Además, la llegada de precursores químicos desde China para la producción de fentanilo ha intensificado las actividades delictivas en la región. La colaboración entre cárteles mexicanos y organizaciones guatemaltecas no solo ha aumentado la producción de drogas, sino que también ha reforzado el poder y alcance de estas organizaciones criminales.
Mientras tanto, en las calles de Guatemala, los anuncios continúan apareciendo, atrayendo a más personas hacia un destino incierto y peligroso. La violencia y el narcotráfico siguen siendo una amenaza constante, y las soluciones parecen estar tan lejos como siempre. La lucha contra los cárteles y el narcotráfico es una batalla que se libra no solo en las trincheras, sino también en los corazones y mentes de aquellos que buscan un futuro mejor.
Con información de El Sol de México