Recupere la dignidad; ahora espero regresar: Rosa Perez

La presidenta municipal de San Pedro Chenalhó no tiene duda de que las mujeres indígenas están preparadas para gobernar

Elva Narcía / Eje Central

[dropcap]G[/dropcap]obernando en el exilio, la presidenta municipal de San Pedro Chenalhó, Rosa Pérez Pérez, se encuentra a la espera de la plena restitución de sus derechos políticos, a un mes de la sentencia del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), el cual ordenó su inmediata reincorporación al cargo.
Con voz clara y un rostro inescrutable, la alcaldesa de uno de los municipios más conflictivos de Los Altos de Chiapas asegura a ejecentral que no tiene duda de que las mujeres indígenas están preparadas para gobernar –ya sea en ayuntamientos, estados o la nación— y administrar con transparencia los recursos del pueblo.
«Se trata de que ellas se convenzan de que sí pueden porque eso tiene que partir de ellas mismas, de una misma», señala en la primera entrevista que acepta desde que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) la restituyó como alcaldesa de Chenalhó.
En la entrevista con el semanario no tiene duda que es posible cumplir con la paridad de género en las comunidades indígenas de Chiapas y de México. Es cuestión de trabajarlo duro desde ahorita, agrega, es cuestión de irlo impulsando, a pesar de la resistencia de los hombres. «Es cuestión de lucha», ratifica.
Rosa Pérez se ha transformado en símbolo de la defensa de los derechos políticos de las mujeres indígenas. La batalla legal que emprendió el pasado 6 de junio para su restitución en el cargo como presidenta municipal de San Pedro Chenalhó, del cual fue obligada a separarse el 25 de mayo tras el secuestro de dos legisladores, es emblemática.
—¿Te obligaron a pedir licencia?, se le pregunta.
«Me obligaron, yo no quería renunciar, me descuidaron, no me dieron protección, se las pedí desde el mes de abril, cuando mis oponentes comenzaron a bloquear carreteras, a tomar edificios públicos, a robar gasolina. Mediante oficios solicité apoyo a las autoridades y nunca tuve respuesta, al contrario, veía que esos canijos seguían sueltos hasta que se llevaron retenidos a los diputados».
Iniciar una acción legal fue muy valiente, ¿tenías fe en que podrías ganar?
«Salí a pedir justicia porque estábamos indignados, porque fue un grupito movido por intereses económicos el que inició la desestabilización. Y yo dije, no me voy a dejar, voy a caminar la legalidad. Yo no confiaba en que iba a ganar, soy una mujer indígena y no conozco mucha gente en altos niveles que me puedan acompañar, que me puedan ayudar, pero finalmente ganamos, por eso hoy confío mucho en la justicia, porque muchos municipios indígenas se van a la violencia y no todo es con violencia»

La lucha
—¿Cómo ha vivido Rosa Pérez esta lucha por la defensa de sus derechos políticos?
—Fueron momentos muy angustiantes, sin duda lo más fuerte que vivimos fue el procedimiento legal.
—¿Cómo te sientes, cómo describirías tu estado de ánimo?
—Un poco más tranquila, la dignidad la recuperamos pero ahora lo que espero, es mi regreso.

Difícil regresar
—¿Hay condiciones para que regreses a la cabecera municipal de Chenalhó?
—En este momento sería mentirte si te dijera que voy a regresar mañana o pasado. Yo tengo mucha fe y considero que en unos dos meses las cosas estarán tranquilas. Tengo mucha fe en que podré comenzar a operar mis obras desde San Cristóbal y después trasladarme a Chenalhó.
«Muchas de las personas que estaban en mi contra ahora están conmigo, han regresado a pedirme perdón, me traen guajolotes o pollos o refrescos y están esperando a que yo regrese, por eso he pedido mi regreso. Si yo lo viera muy difícil no estaría necia en regresar, porque primero está mi vida, pero veo que hay condiciones de regresar por eso pido mi retorno a Chenallhó, por dignidad quiero terminar mi periodo de gobierno».
Rosa es originaria del poblado de Yabteklum, que en tsotsil significa Pueblo Viejo. Huérfana de padre y madre desde los doce años, se ocupó de la educación y el cuidado de sus hermanos. A esa edad viajó a San Cristóbal de Las Casas y ahí aprendió el español y cuando lo aprendió, se hizo traductora.
El 14 de abril de 2012 la invitaron al cumpleaños del gobernador Manuel Velasco Coello. Por mediación de Facundo Hernández, representante del Partido Verde Ecologista de México (PVEM) en San Juan Chamula, Rosa Pérez tuvo la oportunidad de acercarse al mandatario y solicitarle la oportunidad de contender en los comicios municipales en representación del PVEM.
«Yo llevé el Partido Verde a Chenalhó en el 2012 y quedé en segundo lugar porque no hubo tiempo suficiente para preparar las estructuras. Ya no quise el Partido Revolucionario Institucional (PRI) porque había muchos intereses de personas que se habían dedicado a chingar al pueblo, no se preocupan para el beneficio del pueblo sino por sus propios intereses».
Manuel Velasco asumió la gubernatura el 8 de diciembre, ese mismo año invitó a Rosa Pérez a formar parte de su gabinete. El 2 enero de 2013 fue nombrada como directora del Centro de Justicia para las Mujeres (CEJUM). Algunos grupos feministas han cuestionado su actuar cuando estuvo en ese cargo.
Después de dos años y cuatro meses al frente del CEJUM, Rosa Pérez renunció para buscar nuevamente por el PVEM la Presidencia Municipal de Chenalhó y esta vez llegó para ganar. Obtuvo la victoria con 8 mil 332 votos, contra 7 mil 12 de su contrincante del PRI, Santos Gómez Velasco.
Pero sus rivales políticos, los mismos que se hicieron presentes en el 2012 —entre ellos un grupo de constructores y empresarios y un exalcalde priista de nombre Martín Cruz Aguilar— volvieron a mover el piso y le impusieron a Rosa en su equipo de campaña a Miguel Santiz Álvarez, quien al asumir el cargo, exigió un sueldo de 130 mil pesos y manejar 57 millones de la cuenta pública municipal.
Haberse negado a las exigencias del síndico le costó a Rosa Pérez enfrentar uno de los retos más grandes que ha tenido en su vida profesional.

Espera apoyo
—¿Qué esperas del gobierno?
—Su apoyo, que me acuerpen, que empiecen a llamar a la gente, que hagan un acuerdo político.
—¿Crees que se deben girar órdenes de aprehensión?
—Yo creo que es la mejor manera, pero es cuestión de voluntad, si no hay voluntad se complica todo.
—¿Qué te ha prometido el gobernador?
—Mi seguridad
—¿Te sientes segura?
—Sí, gracias a Dios
—El síndico en algún momento te acusó de incumplimiento de promesas de campaña. ¿Qué promesas?
—Su visión es muy cerrada, con toda honestidad, nunca hice una promesa más allá de lo que pudiera cumplir, porque tengo mucho miedo de engañar a mi gente, mucha gente me confió ser su presidenta municipal y no voy a quedar como una mentirosa, es importante dejar abierta la oportunidad a otras mujeres
—¿Qué sentimientos te causa el síndico?
—Tristeza, le falta madurez política, uno tiene que mantenerse firme, lo que él tiene es debilidad política por eso le abrió camino a los dinosaurios
—¿Hay riesgo en Chenalhó de un derramamiento de sangre?
—Con toda la honestidad, a eso no vamos a llegar, eso no se va a dar, es cuestión de voluntad, que se opere bien.
—¿Es posible el diálogo, la reconciliación de la partes en conflicto?
—Es cuestión de diálogo, hacer acuerdos.
—¿Cómo puedes fomentar la unidad?
—La unidad es la base, sin distinción de color, sin distinción de organizaciones; la unidad es la paz y la tranquilidad para el pueblo. A mi regreso tendré que hacer mucho trabajo de unidad porque hay muchas comunidades que se desintegraron.
—¿Qué significa para Rosa Pérez haberse convertido en un símbolo de la lucha de las mujeres indígenas por la defensa de sus derechos?, es una gran responsabilidad, un gran compromiso. ¿Cómo lo asumes?
—Muy contenta, varias mujeres indígenas de Chiapas me han marcado y mandado mensajes, a veces cuando paso momentos difíciles me mandan lemas muy bonitos. Es un compromiso de invitarlas también, es cuestión de no rendirse, de agarrarse con mucha fuerza y encaminarlo por el bien y por la justicia y que sí se puede.
—¿Cómo quieres ser recordada?
—Lo que me dicen en el pueblo es que cuando muera habrá una estatua mía en el pueblo como mujer indígena luchadora y que en mi tumba van a narrar una historia de lucha por el pueblo y por la justicia.

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