En un periodo de cinco años, entre 2017 y 2022 el crecimiento de las remesas enviadas a México fue del 93% al pasar de 30 mil 300 millones de dólares (mdd) a 58 mil 500. El salto exponencial ha puesto a debatir a especialistas sobre las circunstancias y razones que pueden explicar la sorprendente derrama de divisas dirigidas a nuestro país, convirtiéndolo en el segundo receptor mundial después de la India.
El debate vio la luz durante la pandemia. Algunos analistas sugerían que el aumento del dinero enviado por connacionales se debía a que organizaciones criminales aprovechaban los mismos medios para transferir ganancias obtenidas en suelo estadunidense producto de sus actividades ilícitas. Otras voces sostienen, por el contrario, que la subida coincide con los años de contracción económica por el Covid, lo que supuso que los migrantes aumentaran el monto de dólares que depositaban a sus familias, gracias en parte a los planes de ayuda recibidos en Estados Unidos durante la crisis sanitaria.
La discusión se reactivó esta semana tras la difusión de un reportaje de la agencia británica Reuters que durante meses indagó a ambos lados de la frontera las prácticas realizadas por “sindicatos criminales” para transferir dinero. La nota presenta entrevistas a personas dedicadas a cobrar envíos de dinero en pequeñas cantidades (al proceso de dividir grandes cantidades de dinero en pequeñas transacciones se le conoce como “pitufeo”) para entregarlo a desconocidos que a su vez les pagan una comisión. También recoge expedientes de denuncias penales en Cortes federales donde se describen los métodos empleados por criminales para lavar dinero a través de las remesas.
La investigación halló que la amplia red de establecimientos que cuentan con servicios de envío de dinero y las facilidades para realizar las operaciones, al no requerir una cuenta bancaria, facilita su uso por parte de los grupos criminales. Este reportaje no es el primero, pero es el que ofrece más pistas para indagar cuán sólido es el vínculo narco-remesas. En septiembre de 2020 Los Angeles Times publicó un trabajo al respecto, siguió El Sol de México en noviembre de 2021 con un extraordinario relato sobre el modus operandi de los pitufos en Culiacán, así como un documento publicado por la organización Signos Vitales en marzo pasado.
Este último informe revela que unos 4 mil 400 millones de dólares, equivalentes al 7.6% de los 58 mil 500 mdd que se recibieron por concepto de remesas el año pasado, están relacionados con lavado de dinero ligado al narcotráfico. Sobre esta afirmación, el especialista en remesas Jesús Cervantes González, sostuvo que al no tener un conocimiento preciso sobre el funcionamiento de la industria de las remesas, el reporte de Signos Vitales llega a conclusiones y evidencias falaces.
Otro experto, Juan José Li Ng del BBVA, considera poco razonable que el fuerte crecimiento de las remesas entre 2022 y 2022 se explique por actividades ilícitas. Asegura que responde a la fuerte presencia de población migrante en Estados Unidos, a la fortaleza del mercado laboral y la rápida apertura económica tras la pandemia.
La controversia parece continuar. Los casos documentados son un llamado para que autoridades reguladoras y financieras de ambos países compartan información y establezcan controles más estrictos sobre las empresas remesadoras. No debemos dejar resquicios a la delincuencia.