Activistas reconocen las acciones emprendidas por el gobernador Eduardo Ramírez; sin embargo, afirmaron que deberían ser reforzadas, pues la delincuencia organizada parece haber vuelto a operar con fuerza
Aquínoticias Staff
Los recientes hechos violentos registrados en Tapachula y Suchiate, Chiapas, han vuelto a encender las alarmas entre la población. Asesinatos y la aparición de cuerpos con signos de violencia han perturbado la tranquilidad de las familias, generando un clima de miedo e incertidumbre en la región.
Alfredo de la Cruz Cordero, representante de la asociación civil Nueva Generación Vinculación Social, reconoció que las acciones emprendidas por el gobernador Eduardo Ramírez Aguilar habían dado resultados positivos en los últimos meses, permitiendo una reducción temporal de delitos de alto impacto. Sin embargo, advirtió que la delincuencia organizada ha vuelto a operar con fuerza, lo que ha reavivado el temor entre los habitantes.
“Nuevamente ha regresado el miedo ante el registro de homicidios y la presencia de la delincuencia organizada. Esto ha generado zozobra e incertidumbre ante lamentables hechos delictivos”, expresó De la Cruz.
Por su parte, José Antonio Chol, otro ciudadano preocupado por la situación, señaló que es urgente que las autoridades actúen con firmeza para evitar que los delincuentes sigan operando impunemente. Recordó que, según una encuesta del INEGI a finales de 2024, Tapachula fue considerada una de las ciudades más inseguras del país, lo que refuerza la necesidad de acciones inmediatas.
“Hay miedo entre la población porque los hechos violentos son cada vez más frecuentes. Pedimos a las autoridades que redoblen las acciones de seguridad y refuercen los patrullajes”, externó Chol.
Nicolás Castañeda Javier, presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA), celebró los avances logrados por el gobierno estatal en materia de seguridad, pero pidió que se mantenga una postura firme ante el resurgimiento de la violencia. “Vivir en un entorno violento desanima a la iniciativa privada a invertir. Si no hay seguridad, no puede haber desarrollo”, afirmó.
Castañeda subrayó que la percepción de inseguridad no solo afecta a la población, sino también al crecimiento económico de la región. “Los temas sensibles deben atenderse con responsabilidad. Si no hay seguridad, no puede haber inversión ni desarrollo”, concluyó.
Con información de Diario del Sur