Riesgo sismico y pluvial, una constante en Chiapas

La entidad está ubicada a nivel nacional en la zona sísmica D, en la que no sólo ocurren los temblores, sino que estos poseen una fuerza desmedida; además, el estado, en el registro histórico de México, también es uno de los ha sufrido los ciclones de mayor impacto

Portavoz Staff

[dropcap]C[/dropcap]hiapas es una de las entidades que a nivel nacional está ubicada en la zona sísmica «D», en la cual no sólo ocurren los temblores, sino que éstos poseen una fuerza desmedida; además, en el registro histórico de México, el estado también es uno de los han sufrido los ciclones de mayor impacto, según información del estudio del Centro Nacional de Prevención Desastres (Cenapred).
El Atlas Nacional de Riesgos, una herramienta actualizada por Cenapred y especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México, muestra las áreas de la capital del país y de otros estados de la República que tienen fracturas importantes.
Con base en lo anterior, el portal SinEmbargo explicó que el Cenapred ha dividido al país en cuatro zonas: «A», «B», «C» y «D», las cuales se clasifican de acuerdo con su sismicidad y los reportes históricos de movimientos telúricos.
Aunque en una primera categoría, el organismo ubica a Chiapas entre las zonas «B» y «C», donde se hallan los estados que tiemblan pero con distancia temporal entre un sismo y otro, también la clasifica en la última zona, con las entidades donde se han registrado sismos importantes.
En las zonas «B» y «C» se hallan Guanajuato, Sonora, Querétaro y Durango, Morelos, Estado de México, Puebla y Tabasco. En la zona «D», junto con Chiapas se encuentran Jalisco, Oaxaca, Colima, Michoacán y Guerrero.
En el caso de la zona «A», figuran las entidades que no han tenido reportes de movimientos en décadas: Zacatecas, Chihuahua, San Luis Potosí, Tamaulipas, Baja California, Coahuila, Nuevo León e Hidalgo. Por su parte, la Ciudad de México se encuentra en la zona «B»; sin embargo, su posición la convierte en receptora de la fuerza de los sismos.
De igual forma, los litorales del Pacífico, de Jalisco a Chiapas, son una de las zonas más activas. Ahí se halla la brecha de Guerrero, la cual abarca desde Acapulco hasta Zihuatanejo, y que generó al menos seis grandes sismos entre 1845 y 1911.
Con relación a los ciclones, Cenapred indica que tanto en la entidad como en Nuevo León, Colima, Tamaulipas, Campeche, Quintana Roo, Yucatán, Baja California Sur, Sonora, Guerrero, Tabasco, Veracruz, Puebla, Hidalgo y Oaxaca, han ocurrido los ciclones de mayor impacto en la historia de México pues han causado severos estragos.
De hecho, el Sistema de Alerta Hidrometereológica se encuentra instalado precisamente en Tapachula, Chiapas; Acapulco, Guerrero; Tijuana, Baja California; Monterrey, Nuevo León; Motozintla; y Villahermosa, Tabasco.
Las tormentas traen consigo perjuicios y ventajas. Ejemplo de las últimas, son las lluvias que generan dichos fenómenos; se consideran positivas porque recargan mantos acuíferos y presas.
En tanto a los daños, «los ciclones tropicales son uno de los fenómenos naturales que provocan mayores pérdidas económicas cada año, debido al incremento de los asentamientos humanos en zonas de riesgo y a la degradación ambiental producida por el hombre», expone el Cenapred.

¿Qué onda con el resto del país?

El país está localizado en el Cinturón Circumpacífico, una zona con la mayor actividad sísmica del mundo. Las placas de Norteamérica, la de Cocos, Pacífico, la de Rivera y la del Caribe interactúan y generan los desastres.
En el caso específico de la Ciudad de México, el Atlas Nacional de Riesgos muestra que tiene 12 zonas que presentan deformaciones críticas; éstas se ubican en las delegaciones Iztacalco, Venustiano Carranza, Cuauhtémoc, Xochimilco, Benito Juárez, Tláhuac e Iztapalapa, según datos de SinEmbargo.
Esto sucede debido al hundimiento que presenta la mancha urbana; el fenómeno ocurre por las características naturales del material, la alta densidad poblacional y la acelerada extracción de agua subterránea.
La especialista en ingeniería geológica, Dora Carreón Freyre, explicó que las fracturas ocurren por diversos motivos, entre los cuales destacó el contacto entre los sedimentos lacustres y las rocas volcánicas, situación que acontece en el borde de Santa Catarina, y que afecta a la Delegación Iztapalapa en el sur, y a la de Tláhuac en el norte.
El choque entre sedimentos y rocas también pasa en la parte norte de la Sierra Chichinauhtzin y causa estragos directo en Xochimilco, una de las zonas más afectadas por el sismo del 19 de septiembre.
El análisis arrojó que entre las zonas más afectadas después del terremoto de 1985 y el sismo del 2017, existen correlaciones. Y es que las estructuras que se vinieron abajo en ambos momentos se hallan en unas «especies de fosas» ubicadas entre dos fallas: Mixhuca y Copilco, de acuerdo con dicho medio.
La falla Mixhuca recorre Iztacalco, Iztapalapa y Cuauhtémoc; Copilco, por su parte, es una línea recta que atraviesa Benito Juárez y también una parte de la Cuauhtémoc.
Con respecto a Oaxaca, Entre las zonas con mayor riesgo sísmico en dicha entidad, están Pinotepa Nacional, Corralero, Puerto Escondido, Puerto Ángel, Bahías de Huatulco y la capital, de acuerdo con el Instituto Estatal de Protección Civil.
Morelos, ubicado entre las zonas «B» y «C», y que se mantiene el alerta constante por actividad volcánica, presentó otro temblor de 7.1 grados en 1980 y provocó daños en Puebla.
Mientras que «el territorio poblano forma parte de la margen suroccidental de la Placa Norteamericana, queda localizado dentro de una zona tectónica activa relacionada con el límite convergente entre dicha placa y la Placa de Cocos», informa el Atlas de Riesgos Estatal.
Carreón Freyre indicó que los propósitos del proyecto de Cenapred fueron identificar los sitios críticos, la evaluación de la vulnerabilidad de áreas socioeconómicamente marginales que conviven con el fracturamiento y plantear soluciones ante los riesgos por vivir en una zona que un día fue un lago, según dicho portal.
Los usuarios que utilizan el Atlas Nacional de Riesgos tienen acceso al hundimiento y agrietamiento en la Ciudad de México. Así pueden tomar decisiones respecto al lugar en el que viven.
En las imágenes también se pueden consultar los albergues que aún prestan servicios a los damnificados, los sitios de atención de animales de compañía, el tráfico y los sitios exactos en los que hubo daños y colapsos.

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