Perder el sentido de la vista a los 41 años no detuvo a este gran hombre, hoy de 63 años de edad, para que su talento en el arreglo de las motocicletas se desechara. Él es capaz de dar un diagnóstico tan sólo con escuchar el motor
Ana Liz Leyte / Aquínoticias
Rubén Vera Mendoza, un hombre de 63 años de edad se ha dedicado toda su vida a reparar motocicletas. Con tan sólo 12 años inició como ayudante de este oficio, pero aprendió tan rápido que no tardó mucho en comenzar con algo propio.
Para los años 90, don Rubén además de su negocio, ya tenía su propia familia, como pasatiempo formaba parte de un trío musical que llevaba por nombre «Gema» y fue fundador de la Asociación «Comisión Nacional de Emergencia», sin embargo, lo «inevitable» pasaría.
Debido a un problema hereditario de la vista -aunado a la diabetes-, don Rubén quedó completamente ciego a sus 41 años de edad. Él sabía que ese era su destino -pues su abuelo y hermano, también habían perdido la vista-, sin embargo, eso no fue un obstáculo para que él continuara dedicándose a esta labor.
Comenzó a desarrollar con más claridad el oído y mediante este sentido, podía saber lo que tenía una motocicleta… únicamente necesitaba escucharla.
Tuvo que contratar un ayudante para que fuera él quien cambiara las piezas que se necesitaban, sin embargo, era y sigue siendo él quien determina lo que se hará en el vehículo.
Don Rubén tiene una hija y un hijo abogados y uno más que es médico, vive con su esposa y aún atiende su negocio que se encuentra ubicado sobre la quinta norte entre primera poniente y calle central de Tuxtla Gutiérrez.
Repite a cada momento lo bueno que es Dios… «como dicen, Dios aprieta pero no ahorca», «Dios es grande, él ayuda, a pesar de todo seguimos trabajando». Y hace un llamado a todas y todos para ser positivos ante las adversidades, pues a pesar de las enfermedades, problemas económicos, familiares y demás, lo importante es levantarse y continuar haciendo lo que más nos apasiona.