Sak Tzevul, en su tiempo cero

Para la agrupación de rock indígena el camino ha sido largo y difícil no sólo por romper estigmas, sino también estereotipos. Hoy preparan el lanzamiento de su propio sello discográfico

Fernanda González / Colaboración

[dropcap]P[/dropcap]ara Damián Martínez, compositor, intérprete y guitarrista del grupo pionero de rock indígena Sak Tzevul (relámpago en lengua tsotsil) el objetivo de la agrupación nunca fue trascender o hacer historia, sino simplemente dar alegría al corazón de los suyos, a través de lo que saben hacer. «Quisimos alegrar el corazón de nuestra gente y el nuestro y por ello iniciamos esta aventura de la cual hoy vivimos, pero no era el objetivo. A 20 años vemos que se cierra un ciclo, podemos hacer un balance y vemos que sí hay influencia nuestra dentro de la cultura indígena en algunas cosas y por lo mismo un respeto que es nuestro mayor pago. En el calendario maya al fin de un ciclo no comienza otro inmediatamente, sino que hay un tiempo cero en el que todo se reacomoda para resurgir a un tiempo nuevo y es precisamente el tiempo por el que está transitando nuestra agrupación, nuestro tiempo cero.»
El músico originario de Zinacantán, Chiapas nos platica que su última grabación fue realizada en el 2012 y que este año lanzarán nuevo material, con el que tendrán un total de cinco discos, además de las colaboraciones en distintos discos colectivos e incluso la realización de música para algunos filmes.
«En nuestros discos se puede apreciar la evolución técnica de nuestra ejecución y bueno el motivo por el cuál no hemos grabado un nuevo disco en casi cinco años, es porque estábamos trabajando en nuestro propio estudio, por lo que en breve lanzaremos nuestro propio sello discográfico que se llamará Muk Ta Sotz (gran murciélago) Producer y ya con eso obviamente Sak Tzevul grabará bajo este sello y también apoyaremos a otros grupos.»
Al preguntarle cuál considera que ha sido la fórmula para mantenerse en la escena musical por más de dos décadas, sin titubear expresa que el camuflarse en cada etapa, en cada ambiente y asegura que es la naturaleza misma la que dota de algunos mecanismos para sobrevivir.
«Muchos proyectos que empezaron en el mismo tiempo que nosotros no llegaron a más y eso se debe a que no evolucionaron, porque quizá tampoco su sueño fue tan grande como lo que nosotros soñamos. El camino ha sido largo y difícil no sólo por romper estigmas, sino también estereotipos y específicamente me refiero a la satanización del rock y por supuesto en el tema indigenista también, en donde se ha sufrido de una discriminación racial y a eso hay que sumarle los estereotipos dentro de la misma música, dentro del mismo arte, todo lo anterior se tuvo que romper con nuestra propuesta.»
De igual manera cuenta como en su propia región tuvieron que ir a contracorriente en un principio y cómo han logrado mantenerse en total libertad: «Nosotros no surgimos como rock comercial, y en nuestra región y entidad tampoco aceptaban un rock cultural, inclusive se nos criticó porque no todos los integrantes éramos de Zinacantán, porque hubo inclusión de músicos extranjeros, es decir parecía que todo era criticable. Y sin duda, resultado de ello, nuestro gran logro es que nos hemos mantenido en total libertad de hacer lo que Sak Tzevul quiere hacer.»
Y añade: «Considero que en donde más trabajo te cuesta salir adelante es en tu tierra, en donde más te cuesta cambiar el rumbo de tu historia es de donde tú vienes, sin embargo hemos logrado un reconocimiento distinto al que esperan los artistas comerciales, en donde buscan un reconocimiento del público. Nosotros recibimos sobre todo el cariño de la gente, cuando recorremos diversas regiones de la entidad, en la tiendita o en alguna oficina y tienen atenciones y muestras de afecto muy especiales, que nos estimulan a seguir. En cuanto a premios musicales hemos obtenido premios como La Pantalla de Cristal que otorga TeleSur y lo agradecemos pero no estamos enfocados en ello.»
Pregunta obligada para la agrupación musical que surgió tan sólo dos años después del levantamiento en armas del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en la misma región de los Altos de Chiapas, es respecto a la influencia que esta revolución ha tenido en ellos, a lo que Damián nos responde: «Innegable la influencia que tuvo no sólo en nosotros sino en varios colectivos artísticos y en algunos artistas que hoy proliferan. Es una influencia indeleble e innegable porque como el mismo subcomandante Marcos decía que estábamos acostumbrados a esa realidad en donde unos son una cosa y otros otra y lo veíamos tan normal, hasta que esa realidad se rompió y después no era normal vernos como nos mirábamos ni como nos miraban. Esa simple idea, ese simple hecho te da pauta para crear y pensar otras cosas más allá».
Asimismo, narra cómo estos hechos históricos revolucionaron su propia vida: «En mi caso cuando le decía a mi familia y amigos que quería ser músico me veían y decían que era algo imposible y por ello comencé a estudiar Derecho en la Facultad en San Cristóbal de la Universidad Autónoma de Chiapas. Pero hubo un momento en el que sentí que tenía que regresar a hacer realidad mi sueño con todo lo que ello implicaba, me di cuenta que tienes que agarrar fuerza y creer en ti mismo y así decidí caminar en la ruta de la música».
«Resumiría el tiempo de nuestros inicios con todo lo difícil que fue, muy romántico e utópico. Esa utopía nos alimentó a los que pensábamos y estuvimos convencidos que teníamos derecho a soñar. Sak Tzevul es hijo, indirectamente pero fruto de esa revolución.»
Entre los países y lugares a los que Sak Tzevul ha llevado su música se encuentra España, Francia, Rusia, Japón, varias ciudades de Estados Unidos, Guatemala, además de diversas ciudades al interior de la República Mexicana, por lo que el intérprete y guitarrista nos describe lo que representa para ellos el llevar su música por el mundo.
«En la mayoría de nuestras participaciones en el extranjero hemos tenido una representación diplomática de la cultura mexicana, ahí también hemos roto moldes porque todos recordarán que antes lo único representativo de México en cuanto a música era el mariachi y en algunas ocasiones la marimba y nosotros mostramos la cultura musical más contemporánea y juvenil. Y por supuesto en dichos festivales también tenemos la oportunidad de apreciar a otras culturas con propuestas innovadoras. El último concierto que hicimos en diciembre pasado fue en la Feria Internacional del Libro (FIL) en Guadalajara, con la señora Ofelia Medina y grupos del Tíbet, Perú, Groenlandia y Canadá, todos cantantes en lenguas.»
La profesionalización y el desarrollo musical es un tema que el grupo de rock indígena tampoco descuida y del que también nos habla: «Llevar la representación de México a los festivales nos ha impulsado a hacer un trabajo cada vez más calificado porque no sólo se trata de vender la imagen folklórica de las culturas, sino se trata de demostrar un desarrollo artístico, un desarrollo musical, una buena ejecución. Estoy en contra de las formas superficiales que buscan mostrar de forma exagerada el folklor sin tener nada de fondo. Cualquier manifestación de arte debe ser auténtica y contar su propia historia por sí misma, por ello hicimos una gira de un mes en Nueva York y no sólo tocamos, sino estuvimos en conferencias, foros en donde participaron representantes de otras culturas del mundo y expusimos la cosmovisión de cada pueblo y al final cerramos con un concierto».
Al cuestionarle respecto al apoyo que las autoridades estatales y las encargadas de la cultura le brindan a una agrupación que difunde mundialmente a Chiapas y cómo ven a la entidad en su conjunto, Damián Martínez responde de manera enfática: «Es importante mencionar que todo ha sido resultado de un esfuerzo propio, porque las actuales autoridades en la entidad, se han interesado y ocupado más de una cuestión de entretenimiento que de una cuestión de fondo en el caso de la cultura y que quede claro que no estamos pidiendo nada, porque no es la forma en que nos conducimos, pero simplemente es lo que percibimos y quizá esa sea la razón por la que hacemos más cosas fuera que en nuestro propio Chiapas. Y veo a un Chiapas colorido, a mucha gente en especial a los niños siempre con una sonrisa en el rostro, con muchas carencias pero con una alegría inexplicable, ese es el Chiapas que somos, una tierra a la que saquean y aun así seguimos sonriendo, seguimos celebrando nuestras fiestas y tradiciones, que al final creo que es eso precisamente lo que nos sostiene».
Finalmente preguntamos al también compositor qué lugar ocupan las mujeres para Sak Tzevul y que opina del feminismo y esto nos respondió: «Pues nos soy muy conocedor o estudioso del tema, pero creo que en los hechos somos el único grupo indígena que ha integrado a mujeres, además varias canciones de nosotros en lengua hablan de las mujeres y tenemos un disco que se llama precisamente así Antzetik (mujeres en tsotsil). Personalmente creo que no se trata de incluir a las mujeres porque es un tema que está de moda, sin tener un desarrollo consciente de lo que significa, por el contrario considero que es un tema de humanismo y de que mujer u hombre merecemos ser respetados y que se nos hagan valer de la misma forma nuestros derechos. Debemos vernos de humano a humano con las mismas capacidades, entonces mi propuesta es humanista».

FRASE
«Resumiría el tiempo de nuestros inicios con todo lo difícil que fue, muy romántico e utópico. Esa utopía nos alimentó a los que pensábamos y estuvimos convencidos que teníamos derecho a soñar. Sak Tzevul es hijo, indirectamente pero fruto de esa revolución.»
Damián Martínez

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