La OPS aborda la salud de los hombres de diversas formas mediante la promoción de un enfoque que abarca todo el curso de vida, con un especial énfasis en la salud familiar y comunitaria, con temas transversales de género, derechos humanos, origen étnico, protección social en salud, atención primaria y promoción de la salud
Aquínoticias Staff
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), los hombres de América Latina y el Caribe viven, en promedio, entre cinco y siete años menos que las mujeres, y las principales causas de mortalidad son las enfermedades no transmisibles, el VIH/sida, los accidentes de tráfico, suicidios, lesiones, violencia y males cardiovasculares. Estas causas de morbilidad y mortalidad en los hombres han sido relacionadas con el género, la cultura, los derechos humanos y otros determinantes de la salud.
Debido a lo anterior, la OPS aborda la salud de los hombres de diversas formas mediante la promoción de un enfoque que abarca todo el curso de vida, con un especial énfasis en la salud familiar y comunitaria, con temas transversales de género, derechos humanos, origen étnico, protección social en salud, atención primaria y promoción de la salud.
Aunque en el mundo prevalece una discusión sobre qué tanto necesitamos un Día Internacional del Hombre y la fecha aún no tiene el reconocimiento oficial ni el realce del Día Internacional de la Mujer, la intención de celebrarlo es positiva, consideró Isaac Ali Siles Bárcenas, especialista en masculinidades del Centro de Investigaciones y Estudios de Género.
En opinión del académico, sería más fácil hablar de la salud mental y física de los hombres, para realzar los problemas de ellos y no crear controversias con colectivos feministas, pues son innegables asuntos como la violencia contra las mujeres y las altas tasas de feminicidio en el mundo.
Reconoció que la lucha feminista, desde la década de 1960 a la fecha, ha logrado algunas modificaciones positivas en los roles y expectativas de los varones. «Cada vez se espera más que los hombres sean más corresponsables en la crianza y mantenimiento de las familias, en las labores domésticas, y en cuestiones de actitudes, que se muestren vulnerables».
Aunque los varones que no violentan a sus parejas y están más en contacto con sus emociones siempre han existido, antes no eran la generalidad ni lo esperado. «Lo que la lucha feminista ha modificado para bien es la norma frente a la cual ahora se nos evalúa a los hombres», subrayó.
Aún se ejerce violencia
Siles Bárcenas admitió que nos falta mucho camino por recorrer, y estos cambios desafortunadamente todavía no son una norma generalizada, pues vemos a muchos hombres ejerciendo violencia contra sus parejas o contra otras personas.
Desde una perspectiva de género, la masculinidad no se entiende como algo natural en las personas que han nacido con una cierta configuración física y biológica, sino como una construcción social que es el producto de procesos históricos, culturales y políticos, señaló.
La masculinidad es también un proceso dinámico y multifactorial, que cambia con el tiempo y de un país, una región y una cultura a otra.
Resaltó que en una sociedad machista, como en la que todavía vivimos, es muy probable que tanto hombres como mujeres tengamos conductas, actitudes y prácticas de ese tipo heredadas de generación en generación en las propias familias.
«Eso tiene que ver con cómo ha sido nuestra sociedad desde hace muchos años, pero además de la familia hay otras instancias que tienen que ver con la crianza de niños y niñas, como la escuela, los grupos de amigos y amigas, la familia ampliada, la comunidad en la que viven y los medios de comunicación», comentó.
Desafortunadamente, finalizó, esas ideas machistas están presentes en nuestra vida desde que somos pequeños, y lo que nos va formando así son todos esos factores operando juntos.
Con información de la Gaceta UNAM