Especialistas en tanatología explican cómo una persona que pierde a un ser querido permite comprender el proceso que vive y cómo lograr la sanación emocional
Lucero Natarén / Aquínoticias
Pese a que se piense que el duelo por un ser querido puede ocurrir solo tras su pérdida física, lo cierto es que no, más aún, existen distintos tipos de duelos. El entendimiento de estos puede ayudar a que se logre la sanación emocional y se recobre el bienestar, de acuerdo a expertos.
Especialistas en tanatología del Grupo Gayosso, empresa especializada en servicios funerarios, explican los diferentes procesos, los cuales pueden ser etapas relacionadas unas con otras o simplemente distintos procesos, dependiendo del tipo de pérdida que se padezca.
A continuación, se mencionan los cinco tipos de duelos identificados:
Duelo normal. Puede durar entre los seis meses y dos años, dependiendo de cada persona, así como del ambiente emocional y mental en el que se encuentre, además de la atención terapéutica que reciba. Puede haber altibajos emocionales, pero se espera que paulatinamente se logre una sanación.
Duelo patológico o crónico. El doliente puede experimentar diversas circunstancias que le obstaculicen la sanación, adoptando en algunas ocasiones conductas «autodestructivas» como las adicciones o acciones que atenten contra su vida.
Duelo anticipado. «Se puede llamar así cuando se tiene la oportunidad de experimentar un duelo donde hay tiempo de poner en orden de cierta manera la pérdida que se podría estar a punto de vivir».
Preduelo. A diferencia del duelo anticipado, este se presenta cuando la persona querida se encuentra viva, pero con una enfermedad que va desapareciendo al ser que se conocía, por ejemplo, el Alzheimer.
Duelo inhibido o negado. En este, las y los dolientes encubren su dolor mediante una positividad artificial, dificultando la sanación tras la aflicción de la pérdida de una persona amada.
Sea cual sea el tipo de duelo que vivan las personas, para el especialista en tanatología Alejandro Salas, es importante tratar de lograr una sanación emocional, de preferencia con el apoyo de un profesional, «para que nos permita vivir con tranquilidad y retomar nuestra vida de una manera más sana».
