El Servicio de Administración Tributaria anunció nuevas regulaciones para frenar la evasión fiscal y aumentar la recaudación. Los nuevos impuestos serán cobrados tanto a las plataformas de comercio como a los usuarios
Aquínoticias Staff
A partir de octubre de 2024, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) implementará nuevas medidas que afectarán directamente las compras en línea en México, con el objetivo de frenar la evasión fiscal y aumentar la recaudación. Estas regulaciones no solo tendrán repercusiones para los consumidores, sino también para las plataformas de comercio electrónico que operan en el país, quienes deberán cumplir con nuevas obligaciones fiscales para evitar sanciones.
Entre los principales cambios destacan la aplicación obligatoria del Impuesto al Valor Agregado (IVA) y el Impuesto Sobre la Renta (ISR) a todos los productos importados comprados a través de plataformas como Amazon, Shein, Temu, entre otras. Anteriormente, las compras pequeñas, en muchos casos, quedaban exentas de impuestos, pero con las nuevas disposiciones, cualquier producto adquirido en línea estará sujeto a estas cargas fiscales, sin importar su valor.
Una de las normativas más importantes que el SAT implementará es la obligación de las plataformas de ventas en línea de inscribirse en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC). Este requisito permitirá a la autoridad fiscal monitorear y regular las transacciones de comercio electrónico, asegurándose de que se retengan y declaren los impuestos correspondientes en cada operación.
Para los consumidores, esto significa un incremento en el precio final de los productos que compren en línea, ya que las plataformas deberán aplicar los impuestos directamente al momento de la transacción. El IVA y el ISR serán retenidos dependiendo del valor de la compra, lo que podría suponer un costo adicional para quienes suelen adquirir productos de sitios extranjeros.
El impacto de estas nuevas normativas se hará sentir tanto en el corto como en el mediano plazo. Los compradores online verán reflejados los nuevos impuestos en el precio de los productos que adquieran, lo que podría modificar sus hábitos de consumo. Por su parte, las plataformas de comercio electrónico podrían verse obligadas a ajustar sus políticas de venta para cumplir con los requisitos fiscales impuestos por el SAT.