Chiapanorceños han pasado tres «Fiestas Grandes» sin visitar el Templo de Santo Domingo de Guzmán, por falta de reconstrucción y por pandemia
Ana Liz Leyte / Aquínoticias
Doña Flori, toda su vida se ha dedicado a la venta del pozol fuera del Templo de Santo Domingo de Guzmán, todas y todos quienes acudían a visitar esta iglesia católica (la más representativa de Chiapa de Corzo), acudían a degustar esta tradicional bebida.
Sin embargo, desde hace cuatro años, las y los turistas, sólo acuden a degustar su delicioso pozol de cacao o blanco, pues ya no pueden entrar a esta iglesia para conocerla, pues ésta, junto a una decena de monumentos más quedaron dañados por el sismo del 07 de septiembre de 2017 y hoy, a cuatro años de este evento, no ha sido reparado en su totalidad.
De acuerdo con los datos del Sistema Integral de Protección Civil del Estado de Chiapas, los daños graves en edificios históricos y culturales en el estado por el sismo corresponden a 83 monumentos históricos en 35 municipios, cinco zonas arqueológicas, 13 museos y un monumento artístico.
El convento de Santo Domingo de Guzmán sufrió severos daños especialmente en la torre principal. Esto generó la necesidad de un proyecto de intervención para restaurar esta edificación histórica, fecha en la que aún no se concluye, pero se avanza lento, según informó doña Flori.
Es así como chiapanorceños vestidos de parachicos y chiapanecas han pasado tres «Fiestas Grandes» sin visitar el Templo de Santo Domingo, no sólo por la falta de reconstrucción, también por la pandemia.
Hoy, al cumplirse cuatro años del sismo de mayor magnitud que se haya presenciado en Chiapas en los últimos 100 años, doña Flori recuerda con melancolía cómo era la actividad dentro de este centro religioso, donde se ofrecían misas masivas, en donde cada 20 de enero parachicos bailaban y hacen sonar su tambor, retumbando y haciendo eco dentro del templo.
«A ver si en este periodo si tenemos feria de enero, qué bueno para que dancen las chiapanecas y parachicos», pidió la comerciante.
