Se cumplen seis meses de apatia gubernamental ante alerta de genero

El 18 de mayo la Secretaría de Gobernación emitió la declaratoria para siete municipios. Apenas ayer la Fiscalía General del estado presentó la mesa de trabajo

Julieth Rodríguez/Portavoz

[dropcap]S[/dropcap]on las 9:00 de la noche. Ella salió de la preparatoria desde las 2:00 de la tarde y no ha llegado a casa. En torno a la mesa, en una sobria sala, la familia reúne su angustia alrededor de un café insípido de incertidumbre; las horas pasan, la lluvia cae con fuerza sobre la ciudad y piensan en ella, es inevitable. Marcan su número pero la llamada ni siquiera entra; es probable que el celular esté apagado.
Su habitación permanece igual, no hay indicios o pistas del lugar donde ella debe estar. ¿Amigos? Son pocos y los han llamado a todos, nadie sabe algo. ¿El novio? Terminaron hace unos días. Esperar, es lo que resta a la familia.
Su hermana debe volver al trabajo, que por cierto, le exige estar la mayor parte del tiempo en la calle. Viste cómodamente, con calzado bajo, por si en determinada situación debe correr; revisa su lista de contactos en la que ha registrado a cada taxista —con número de unidad, y sitio— que la ha llevado a salvo a casa, para solicitar el servicio. No quiere que le pase lo de su amiga Victoria.
El 18 de mayo se cumplirán ya seis meses desde que la Secretaría de Gobernación decretó la Alerta de Violencia de Género contra las mujeres (AVG) para siete municipios de la entidad: Tuxtla Gutiérrez, Comitán, San Cristóbal de Las Casas, Villaflores, Tonalá, Chiapa de Corzo y Tapachula.
Apenas ayer se presentó la mesa de trabajo sobre la Alerta de Violencia de Género en el estado, por parte de la Fiscalía General, instancia que se encarga de la coordinación de la AVG en la entidad. Ahí, la Red Colectiva Ciudadana para la Prevención de la Violencia Feminicida se manifestó con unas pancartas en las que lucieron el hashtag #SiMeMatan.
Mediante sus portales oficiales, las autoridades sólo reportan como avances en la materia, la conclusión de capacitaciones a funcionarios. En un boletín de prensa se precisa: «Las dependencias del gobierno del estado involucradas en su cumplimiento han llevado a cabo actividades particulares y específicas, tendientes a atender todas las recomendaciones emanadas de la AVG», sin que aclare en qué consistieron.
El mes pasado, integrantes de la campaña popular contra la Violencia Hacia las Mujeres y el Feminicidio en Chiapas acusaron falta de compromiso por parte de las instituciones federales y estatales, pues no han implementado acciones inmediatas para atender la AVG.
La comitiva que aglomera representantes de organizaciones sociales hizo estos señalamientos luego de acudir, el 21 de abril, a la reunión ordinaria del Grupo Interinstitucional y Multidisciplinario (GIM) que tuvo lugar en Tuxtla Gutiérrez, a fin de dar seguimiento a la declaratoria. Constataron ahí que hay desarticulación entre los planes de trabajo que las autoridades pretenden implementar.
«Nos sorprende la desarticulación entre dependencias del gobierno estatal y entre los representantes de los siete municipios que presentaron programas de trabajo, ya que no constituye acción estratégica para atender los problemas de fondo pero tampoco para resolver las emergencias que se están demandando», aseveró el organismo en un comunicado.
Victoria iba tarde a la oficina así que se paró a un costado de la avenida para tomar el primer taxi libre que pasara. Uno se aparcó y le preguntó si no le molestaba que su esposa los acompañara en el asiento del copiloto; ella no se detuvo a pensar, asintió y subió al taxi.
Parecían agradables. El taxista y su esposa conversaban hasta que él hizo una llamada —al volante— y se desviaron de la ruta. Victoria pidió que siguiera la que había indicado y él se excusó con el argumento del tránsito pesado, de obras que entorpecían la vialidad; ella insistió y cayó en la cuenta de que comenzaba a sentirse mareada.
El taxista corregía el rumbo y de pronto dijo a Victoria si permitía pasar a dejar a su esposa a un lugar que ahora ella —mientras relata el suceso—, no recuerda. Dijo que no y como el malestar incrementaba, pidió bajar. Está cerca, insistió él. No, espetó Victoria pero él no se orillaba y entró en pánico; empezó a gritar que se bajaba, amenazó con abrir la puerta con el auto en movimiento y hasta ese momento el taxista se detuvo. Victoria descendió y de inmediato el taxista arrancó hasta perderse.
Estaba pálida, le dijeron los encargados y clientes de la farmacia cercana a la que entró para pedir ayuda; sentía que se desvanecía. Tomó asiento y un médico la revisó; constató que atravesaba por una crisis de ansiedad y además, tenía las pupilas dilatadas. Si la drogaron, debió ser una sustancia gaseosa.
«No tenemos policías funcionando, no hay espacios seguros, no hay sensibilidad para hacer frente común contra la corrupción y la impunidad que existe», opinó para Portavoz la coordinadora del Consorcio de Organizaciones por la Vida y Libertad de Mujeres y Niñas (Covimyn), María Teresa Olvera Caballero.
A la periodista Elizabeth Marina le dijo que el gobierno de Chiapas es ineficiente para defender los derechos de las mujeres, e intervenir con mejores herramientas a los problemas de violencia de género.
Las cifras no mienten. Cada 40.53 minutos, en México se abre una carpeta de investigación por el delito de violación, según los datos del Observatorio Nacional Ciudadano, Seguridad, Justicia y Legalidad.
De 2014 a febrero de 2017, hubo 39 mil 663 denuncias por violación en el país, de acuerdo con información del Sistema Nacional de Seguridad Pública de la Secretaría de Gobernación (Segob).
Los datos que fueron retomados por el diario Milenio, dan cuenta de que se ubica como la entidad número tres con más denuncias al tener un registro de 2 mil 350. La superan el Estado de México con 5 mil 954; y Chihuahua, con 2 mil 773.
En el periodo de enero a marzo de 2017, en Chiapas la tasa de denuncias por violación sexual resultan 3.98 por ciento mayores a la cifra del mismo periodo en 2016. La tasa sigue siendo superior a la nacional, tal como se ha mantenido por lo menos en los últimos 15 meses.
Incluso en seis de los siete municipios con la AVG, la tasa de violación sexual se ha mantenido por arriba del promedio nacional (2.49), durante el primer trimestre de este año. De los seis, destacan Palenque, Comitán y Villaflores con tasas de 7.94, 6.75 y 6.48 denuncias por cada 100 mil habitantes, respectivamente; son las cifras más altas del periodo.
Estos datos surgieron del análisis de las cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública y de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Chiapas (hoy Fiscalía General del Estado de Chiapas), ante la solicitud de información 186117 hecha por el Observatorio Ciudadano Chiapas, mismo que fue publicado por el periódico nacional El Universal.
La especialista del Covimyn —Olvera Caballero— alertó: «Las mujeres se están muriendo en manos de sus propias parejas, de familiares, amigos y conocidos, y la problemática aún no se atiende». Victoria habló con su jefa para justificar su retardo. Julia comprendió; estaba consciente que en algún momento escucharía un relato así ante los niveles de violencia en la ciudad, más cuando el personal a su cargo sale a altas horas de la noche por la exigencia inherente de la labor.
A deshoras de la noche, a Julia también le pasó. No fue un desconocido ni un taxista; fue alguien aún más cercano. A sabiendas de que Julia salía tarde, su ahora expareja pidió verla por unos documentos que requería y deseaba hablar; llevaban tres meses separados.
Ella confió una vez más. Él llegó al hogar que compartían pero ya no estaba igual; Julia cambió la disposición de los muebles y se encargó de las reparaciones pendientes que él dejó. Apenas llevaba ahí unos minutos pero cuando Julia le alcanzó la caja de papeles, él montado en cólera; arrojó los documentos de un manotazo, tomó a Julia por los dos brazos y la estrelló contra la pared. Con su palma abierta, estrujó el rostro de Julia y le preguntó si había otro. Hervía de celos.
Cuando la soltó, ella puso distancia entre ambos al pararse del otro lado de la mesa. Le quedaron los cuchillos a la espalda y pensó en tomar uno si él se acercaba; también pensó que él podría quitárselo con facilidad. Alzó el celular que apretaba en la mano derecha y amenazó con llamar a emergencias si no se retiraba. Él permaneció de pie y ella marcó; mientras la pantalla del celular se iluminaba al procesar la llamada, él se marchó.
Olvera Caballero, de la Covimyn, opinó: «Los hombres deben aceptar que son celosos, que son violentos y que es necesario que lleven un tratamiento para poder controlar sus impulsos y las mujeres deben reconocer que su integridad corre peligro al estar al lado de un hombre así».
Según los resultados de ese organismo contenidos en «La dimensión espacial y los rostros de los feminicidios en Chiapas 2012-2016» —que elaboró en conjunto con otras organizaciones—, algunos feminicidas han revelado como principales motivos para asesinar a sus parejas el temor de ser abandonados y los celos.
Respecto al rango de edades de las víctimas, el informe estipuló que se presentaban casos hasta en mujeres de 60 años, pero las más vulnerables son las halladas entre los 15 y 40 años, pues el 69.1 por ciento de las afectadas tenían esa edad.
La experta comentó que el 90 por ciento de los feminicidios son cometidos por conocidos de la víctima: parejas o exparejas, parientes, amigos, compañeros de trabajo o escuela; asimismo, refirió que como método de muerte, el 31.4 de los asesinos se decantan por usar los golpes.
Reconoció que la solución a la violencia de género está en el trabajo coordinado de mujeres, familias y autoridades. Pidió a las autoridades que asuman su papel, no violar el debido proceso de prevención y atención de las víctimas (como sucede con la revictimización; y a madres y padres, estar al pendiente de sus hijos e hijas, sobre todo si tienen una relación amorosa.
Los datos lo revelan. Las historias de Victoria y Julia pudieron tener un trágico desenlace convirtiéndolas en un número más que se suma a las cifras de violencia a la que las mujeres están expuestas a diario, en una ciudad como Tuxtla Gutiérrez, donde a pesar de la Alerta de Violencia de Género contra las mujeres, las autoridades no implementan acciones contundentes; se quedan en el discurso, en la simulación.
Son muchas las que no sobrevivieron a sus anécdotas para contarlas y son sus restos los que hablan por ellas. Hay familias que aún esperan bajo esta ciudad que se impregnó del aroma a petricor esa noche, en la que la lluvia cayó incesante.
No hubo noticias de la más pequeña integrante y en torno a la mesa, en una sobria sala, reúnen su angustia alrededor de un café insípido de incertidumbre. Piensan en ella, es inevitable. Marcan su número y recuerdan que la llamada ni siquiera entra pero unos segundos después, alguien contesta. Está viva.

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