Ser «delfin» de MVC, mas que fortaleza, un lastre

Derivado de los pobres resultados de la actual administración y los excesos cometidos por el PVEM en las elecciones de 2015, cualquier aspirante a suceder a Manuel Velasco que tenga la etiqueta de «oficial» tendrá que hacer frente, primero, al descrédito, la desaprobación y el enojo social

Rodrigo Ramón Aquino / Portavoz

[dropcap]E[/dropcap]n tiempos del PRI hegemónico, ser el delfín (el candidato sucesorio oficial) del gobernante en turno era garantía de triunfo y por tanto de pleitesías anticipadas. Bastaba la designación para ser considerado el nuevo presidente, el nuevo gobernador. Los tiempos cambiaron y en el caso de Chiapas, quien se asuma como el «elegido de Palacio» corre el riesgo de ver truncada su carrera política, porque, más que fortaleza, ello significaría un lastre.
Cuando Manuel Velasco Coello ganó la gubernatura de Chiapas con un total de 1 millón 114 mil 187 votos, sorprendió al país entero. Le llegaron a llamar, incluso, fenómeno electoral. En su primera entrevista como gobernador electo, el periodista Carlos Marín le preguntó en televisión nacional: «Diputado local a los 21 años, diputado federal a los 23, senador de la república a los 26, pues yo te preguntaría, Manuel, ¿qué quieres ser cuando seas grande?»
La sorpresa no tenía porqué ser minúscula. Los vítores por prácticamente doblar la votación estatal anterior, ser el primer gobernador electo del Partido Verde Ecologista de México, ser el más joven y pertenecer al jet set del país convirtieron el triunfo electoral de Velasco Coello en todo un espectáculo nacional tanto social como político.
Pero los sueños no duran para siempre y los chiapanecos tenían que despertar. Un año bastó para conocer la tónica de lo que sería su administración: desinterés por los problemas sociales, omisión en el llamado a cuentas de los que endeudaron al estado, gastos excesivos en promoción de su imagen. Pues como se recordará, con motivo de su primer informe de gobierno, inundó el país con su cara. Estimaciones y señalamientos del Partido Acción Nacional indicaron que en esa campaña publicitaria se gastó alrededor de 100 millones de pesos. Así, de ser una especie de chico maravilla de la política mexicana pasó a ser el peor gobernador del país (luego de la fuga de Javier Duarte, de Veracruz).
Apenas en febrero pasado, México Opina realizó una encuesta para SDPNoticias, en la que los números ponen bajo tierra las aspiraciones presidenciales de quien entendió a la mala que no es lo mismo representar que gobernar. De acuerdo con el estudio de opinión, Manuel Velasco Coello obtuvo la peor evaluación de los gobernadores con 11.5 puntos (evaluación del 0 al 100), muy por debajo de la media nacional que fue de 29.3 puntos. En el caso de porcentaje de aprobación, volvió a estar en el último lugar con 16.9 por ciento, cuando la media nacional fue de 36.7 por ciento.
En estas condiciones, cualquier político o política que sea considerado el candidato oficial de Velasco para sucederlo en las elecciones de 2018 lleva las de perder, pues tendrá que hacer frente al descrédito, la desaprobación y el enojo social por los resultados de la actual administración. En síntesis, las cosas andan mal y quien sea que asuma el papel de delfín tendrá que pagar el precio: desgaste, desencanto, frustración y el enojo de los chiapanecos hacia el actual gobierno.
Y en ese riesgo, los que se hallan en primera fila de padecer la vinculación con Manuel Velasco son los de su partido, el Verde Ecologista, a saber, Fernando Castellanos Cal y Mayor, Eduardo Ramírez Aguilar, Luis Armando Melgar Bravo, Emilio Salazar Farías. Y los aspirantes de los partidos afines al oficialismo como Mover a Chiapas (Enoc Hernández), PRD (Diego Valera), PRI (Roberto Albores, Jose Antonio Aguilar Bodegas) y hasta de Morena (Rutilio Escandón Cadenas, Zoé Robledo, Plácido Morales).
Los tiempos cambiaron y ser el delfín del gobernante en turno ya no es garantía de triunfo, al contrario, es un lastre que puede truncar la carrera política de cualquiera.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *