Ante una nueva crisis arancelaria, la presidenta Claudia Sheinbaum defiende a trabajadores y empresas mexicanas, mientras busca consolidar el Plan México para fortalecer la economía y reducir la dependencia de EE.UU.
Aquínoticias Staff
En un nuevo round de tensiones comerciales, la presidenta Claudia Sheinbaum se planta firme contra los aranceles impuestos por Donald Trump a autopartes y vehículos, mientras apuesta al T-MEC como última trinchera para proteger la industria nacional. Con el 40% de las autopartes que consume Estados Unidos provenientes de México, el gobierno mexicano negocia frenéticamente un sistema de preferencias que mitigue el golpe a la economía bilateral.
«El T-MEC es nuestra salvaguarda», destacó Sheinbaum al revelar que las cláusulas del tratado evitarán –por ahora– tarifas a componentes que cumplan con las reglas de origen. Pero más allá de la defensa inmediata, la mandataria apuesta a consolidar el Plan México: una estrategia para que la producción nacional encuentre mercado local. «Es momento de que lo hecho en México se consuma en México», insistió durante un enlace con Marcelo Ebrard, quien en Washington negocia exenciones para piezas que cruzan hasta siete veces la frontera durante su fabricación.
Mientras Trump amenaza con más medidas proteccionistas, Sheinbaum prepara una contraofensiva dual: proteger la integración productiva mediante el T-MEC y reducir la dependencia comercial con el vecino del norte. El 2 de abril marcará el inicio de esta batalla donde no solo se juegan empleos, sino el futuro de la soberanía industrial mexicana.