Sin medidas de desarrollo sostenible, Chiapas pronto sera un desierto

En Chiapas, a través de las Comunidades de Aprendizaje REDD+, diversas organizaciones analizan y buscan soluciones a los temas del cambio climático, uso de suelo y conservación del medio ambiente

Elizabeth Marina / Portavoz

[dropcap]A[/dropcap]unque Chiapas no tiene características climáticas que propicien condiciones de sequía, la deforestación, la pérdida de biodiversidad y el mal manejo de agua están provocando que las tierras predestinadas a la agricultura se vean severamente afectadas.
Las consecuencias de la degradación de la tierra por actividades humanas se ven reflejadas en la merma de fertilidad de la tierra y la erosión, esta sequía prolongada en los ecosistemas es profunda, por tal razón la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advierte que los efectos a largo plazo son la aceleración de la degradación del suelo y la desertificación.
Aunque en México las zonas más vulnerables se encuentran en Chihuahua, Coahuila, Sinaloa, Sonora y Jalisco, la tala desmedida de árboles también está generando desaparición de gran parte de la cubierta vegetal en Chiapas, el sobrepastoreo impide que la vegetación se regenere antes de convertirse en alimento para animales y la agricultura intensiva impide al campo recuperar los nutrientes.
En la entidad chiapaneca, el aumento de población, las empresas y organizaciones presionan los recursos y sistemas ambientales como el agua, la tierra y el aire, para hacer frente a este desafío, Alianza México REDD+ propone la producción y el consumo sostenibles, a fin de vivir dentro de los límites del medio ambiente.
De acuerdo con Lesly Aldana Márquez, gerente de proyecto Alianza México REDD+ e integrante de Rainforest Alliance México, el vínculo que existe entre los aspectos antes mencionados y los factores socioeconómicos son cruciales, ya que la desertificación es un síntoma de ruptura del equilibrio entre el sistema de recursos naturales y el sistema socioeconómico que los explota.
A través de las Comunidades de Aprendizaje REDD+, Chiapas, Chihuahua, Oaxaca y Yucatán generaron un espacio de diálogo en el que a partir del intercambio de conocimiento y experiencias de diferentes actores (academias, dependencias de gobierno y activistas) analizan y buscan soluciones a los temas del cambio climático, uso de suelo y desarrollo sustentable.
Este último es el de mayor importancia para las comunidades indígenas, ya que el desarrollo sostenible significa no usar recursos más rápido de los que el planeta puede reponer, por lo que por medio de capacitaciones con perspectiva de género, en Chiapas se da seguimiento a la política pública orientada al sector rural para la formación de principios y valores que influyan en la toma de decisiones de las organizaciones gubernamentales.
«Buscamos promover la participación de las personas y comunidades que se ven afectadas por las decisiones que toman nuestros gobernantes, al mismo tiempo que promovemos la presentación de informes en donde se muestre abiertamente como se manejan los negocios, incluyendo la relación con el medio ambiente local.»
La mayor parte de la pérdida de los recursos forestales en Chiapas está asociada a las actividades agropecuarias, ya que existe muy poca valoración de los servicios ambientales que ofrecen los bosques, de ahí que la mayoría de los pobladores recurran a este tipo de prácticas en lugar de apostar por el desarrollo sostenible.
Los trabajados realizados por la Comunidad de Aprendizaje REDD+ en Chiapas integrada por organizaciones como Comunidad, Ambiente y Biodiversidad, A.C. (Ambio), Pronatura Sur, Cecropia, Solidaridad, El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Foro para el Desarrollo Sustentable y organismos de gobierno como la Secretaría de Medio Ambiente e Historia Natural (Semahn), Comisión Nacional Forestal (Conafor) y la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), han detectado que la ganadería extensiva, el cultivo de palma africana, la agricultura convencional, los incendios y la extracción de maderas preciosas de forma no sustentable, han deforestado el 55 por ciento del estado, provocando la desaparición de especies, la emisión de gases de efecto invernadero, la disminución de los servicios ambientales y la disminución de condiciones favorables en el territorio para que puedan aprovecharlo los chiapanecos.
Algunas de las actividades realizadas en el territorio estatal son: Empoderamiento de las mujeres campesinas, mediante su liderazgo en ordenamiento y restauración de áreas comunes para el aprovechamiento de recursos forestales utilizados como la leña; reconocimiento de las organizaciones de mujeres cafetaleras; fortalecimiento de capacidades y organización de mujeres y jóvenes para evitar riesgo de exclusión en los sistemas silvopastoriles; vinculación de mujeres y jóvenes a estrategias de conservación e incremento de valor de encinares para leña o carbón a fin de mitigar el riesgo de reducir la diversidad forestal al privilegiar especies de pino en las zonas de bosque mixto de pino y encino.
Cabe hacer mención que las actividades que en la entidad se realizan están muy relacionadas con el desarrollo rural con un enfoque de paisaje y una perspectiva de género.

Aportación ciudadana

Una de las misiones de Rainforest Alliance México es incluir a la sociedad en general a través del consumidor final, ya que si estos no son conscientes que están comprando un producto que ha generado la deforestación y es el responsable de impactos ambientales fuertes, no es responsable, y no porque no quiera, sino porque no sabe el origen del producto que está consumiendo.
«Estamos convencidos de que necesitamos trabajar con el consumidor final, en Rainforest Alliance trabajamos con un sello final, es del de una ranita que está asociada a un estándar muy rigoroso del cumplimiento en materia ambiental pero también social y económico.»
Con la iniciativa se garantiza que el consumidor está adquiriendo un producto responsable que no ha puesto en riesgo los bosques, las especies y los recursos naturales.
«Creemos que todo esto es una cadenita y para lograr el desarrollo sustentable debemos hacerlo de forma transversal, con todos los actores, incluyendo jóvenes, mujeres, sector indígenas, gobierno y el sector privado.»
Otro de los grupos vulnerables con los que trabajan son los jóvenes para que a través de sus habilidades pueden obtener una fuente de empleo en la agricultura y así evitar las migraciones hacia las grandes ciudades, en donde adquieren nuevos patrones de consumo que crean mayores impactos ecológicos. «El cambio del medio ambiente no es posible sin la participación activa de la sociedad».

Datos de deforestación en México

México se ubica entre los cinco países que albergan el 70 por ciento de las especies conocidas y se estima que sus bosques y selvas se encuentran entre los primeros 24 del mundo con mayor volumen de existencias de carbono en la biomasa forestal viva.
Para 2010, se calculaba en 2 mil 043 millones de toneladas de dióxido de carbono (tCO2e) equivalentes a un promedio de 32 toneladas por hectárea, la mitigación proyectada al 2012, por el sector «Agricultura, bosques y otros usos de suelo» representa 30 por ciento del total comprometido: equivalente a 15.3 MtCO2e.
Para REDD+, México tiene un importante potencial, no sólo por la reducción de deforestación y degradación, sino también por lo que respecta al incremento de los acervos de carbono forestal.

Día mundial de la desertificación

El Día Mundial de la Lucha contra la Desertificación y la Sequía se celebra el 17 de Junio, fecha designada por la ONU en el año 1994. Este día marca el aniversario de la adopción de la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación.
Este año se analiza la relación entre la degradación de la tierra y la migración; entre otras, la degradación medioambiental, la inseguridad alimentaria y la pobreza principales causas de la migración y de las dificultades para el desarrollo.
Para la ONU este día debe hacer reflexionar a todos sobre la importancia del suelo en la producción de alimentos y generación de empleo, así como su contribución a la sostenibilidad, estabilidad y seguridad de las zonas afectadas por la desertificación.

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